Por: Dr. Sergio Cousiño M.
Presidente Capítulo Ejercicio Liberal
SI se le consulta a los colegas ¿Te sientes representado por el Colegio de
Dentistas? La inmensa mayoría contestará que no. Esta situación se ha
arrastrado por décadas. La gran mayoría de los dentistas chilenos se sienten
poco o nada representados por el Colegio de Cirujano Dentistas y no sienten
apoyo alguno por parte de él. Tampoco sienten que el Colegio proteja sus
intereses, al contrario, frecuentemente se sienten perjudicados por las
decisiones que se toman a su interior. Ejemplo de ello ha sido la eliminación del
arancel de referencia del Colegio el año 2013, dejando al ejercicio privado de la
profesión entregado al más extremo neoliberalismo y a la publicidad engañosa
que se hace a los pacientes. La eliminación de la CADO que permitía a los
colegas del ejercicio privado abastecerse de insumos para sus consultas a
mejores precios. También, fue en perjuicio de los dentistas del área privada, la
solicitud hecha recientemente por los dirigentes del Colegio, para el cierre de
las consultas privadas en la Araucanía. Claramente el Colegio no funciona para
los dentistas del sector privado, al contrario, por lo general se toman medidas
que los perjudican.
Crisis de Representatividad
Lo anterior no resulta extraño, si consideramos que solo tres de los quince
integrantes del Consejo Nacional de hecho del Colegio de Cirujano Dentistas,
ejerce su práctica profesional en el ámbito del ejercicio privado de la profesión,
cuando, en la realidad, una gran mayoría de quienes ejercemos la profesión lo
hacemos en dicha área.
En efecto, menos del 20% de los casi 27.000 dentistas que existen en Chile,
posee algún cargo en el sector Público, es decir, trabaja en el Minsal, Servicios
de Salud o Municipalidades. Por otro lado, los dentistas que ejercemos en el
sector privado, representamos casi el 80% del total, trabajando para
megaprestadores u otras clínicas con régimen de honorarios o ejerciendo en
forma liberal en consultas propias, de diferentes tamaños, asociados o de
manera individual. Pero, todos, cual más cual menos, con mayores dificultades.
A lo anterior, debemos agregar la enorme asimetría que existe en la
representación institucional entre los dentistas de regiones, que representan
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poco más de un tercio de los dentistas colegiados, frente a los colegas de la
Región Metropolitana, que, representan casi los dos tercios de los colegiados
del país Estos últimos, no tenemos la capacidad de elegir a nuestras
autoridades regionales, generándose una suerte de “apartheid”. Dicha situación,
obviamente, hace que no resulte extraño que la mayoría de los dentistas no se
sientan representados por él Colegio y que la única motivación para colegiarse,
sea el seguro de responsabilidad civil de Legasalud, que es sólo para dentistas
colegiados. Está más que claro, que al aparecer una alternativa mejor, dicho
“enganche” dejará de funcionar.
Claro que lo anterior se justifica en un obsoleto, parchado y desconocido
“Estatuto del Colegio de Cirujano Dentistas” que, utilizado de manera
“maniquea”, ha dejado las principales decisiones en manos del “Consejo
Nacional”, que elige de manera indirecta a las Autoridades Nacionales y a la
“Convención Nacional”, conformada por los 15 Consejeros Nacionales, electos
de manera uninominal y los representantes de los 18 regionales, además de
una representación disminuida de capítulos metropolitanos, de escasa
representación real y ningún recurso para funcionar, donde como es la tónica,
los dentistas que ejercen la profesión en el ámbito privado no tienen la
representación que les corresponde.
Nuevamente y de acuerdo con una pésima interpretación de un mal Estatuto,
que realizan ellos mismos, las minorías siguen decidiendo por las mayorías,
tomando decisiones incluso fuera de las atribuciones que le otorgan esos
mismos Estatutos.
¿Cuál es la causa del problema?
La persistencia en mantener una escasa representatividad a nivel de la toma
de decisiones, en el Colegio de Cirujano Dentistas, va aparejada al manejo
financiero del mismo y es aquí donde, nuevamente, se manifiesta el
desequilibrio.
Todos los dentistas colegiados pagamos una “Cuota Única Nacional” que tiene
tres componentes: 1. Aporte al DAS, 2. Aporte al Consejo Nacional y 3. Aporte
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al Regional. Entonces, en el caso de los Colegios Regionales, un monto
importante de la Cuota se queda en la Región, para financiar sus propias
actividades. Otra fracción va al Departamento de Acción Social, que incorpora
el Seguro Colectivo y ayudas a los y las colegas, y un monto mínimo al va al
Consejo Nacional, para gestionar los temas Nacionales, financiar las
actividades, pasajes y viáticos de los Consejeros Nacionales y aportar a los
Regionales más débiles.
En el caso de la Región Metropolitana, al no tener, convenientemente, Colegio
Regional ni hacer funcionar la Estructura que el mismo Estatuto, en su Artículo
60, señala que lo reemplazaría, la totalidad del aporte que hacen los colegiados
va al Consejo Nacional, de tal manera, que el 82% del financiamiento del
Consejo Nacional (más de $1.000 millones al año), sale del bolsillo de los
colegas de la Región Metropolitana y las actividades que realiza el Colegio
para ellos, son casi inexistentes.
Ese enorme poder económico que aportan los colegas de la Región
Metropolitana al Consejo Nacional, ha permitido que dirigentes del Colegio se
elijan y reelijan indefinidamente en los cargos directivos del Colegio, habiendo
casos de dirigentes que llevan más de tres décadas en ellos.
El mecanismo utilizado para lograr este control del poder político y económico
al interior del Colegio ha sido el “caudillismo”, ya que los consejeros nacionales
se eligen individualmente. No por listas (equipos de trabajo), ni programas, ni
propuestas de trabajo transparentes, donde los colegiados puedan elegir.
El caudillismo es un fenómeno político y social surgido durante el siglo
XIX en Latinoamérica. Consiste en la llegada de líderes carismáticos a cada
país cuya forma de acceder al poder y llegar al gobierno estaba basada en
mecanismos informales y difusos, de reconocimiento del liderazgo por parte de
las multitudes, que depositaban en “el caudillo” la expresión de los intereses del
conjunto y la capacidad para resolver los problemas comunes. El caudillismo
fue clave para la generación de dictaduras en América Latina, de la misma
manera, ha sido clave para la instalación por décadas en el poder, a estos
dirigentes en el Colegio de Dentistas. El poder de los caudillos se basa en el
apoyo de fracciones importantes de las masas populares. Este apoyo popular
se tornaba en su contra cuando las esperanzas puestas en el poder entregado
al caudillo se veían frustradas, y se decidía seguir a otro caudillo que lograra
convencer de su capacidad de mejorar el país o la provincia.
El “apoyo económico”, del Nivel Central, a diversos regionales para obtener sus
Sedes u otros beneficios, el subsidiar, desde el Consejo Nacional, la presencia
de Consejeros de Regiones sin costo alguno para ellas, ciertamente se debe al
aporte obligado y asimétrico de los de la Región Metropolitana. Dicha situación,
se ha transformado en una forma de “cohecho” para lograr apoyos a los
distintos “caudillos”.
“Chile despertó” y los dentistas ¿Cuándo despertarán?
Para la explosión social de Octubre de 2019 se acuño la frase “Chile despertó”,
sin embargo no sólo Chile despertó, también lo hizo Francia, España, Estados
Unidos, Alemania, China, etc. todo el mundo despertó, levantándose frente a
los abusos del poder político y económico.
Al interior del Colegio, el “caudillismo”, ha tenido como elemento fundamental
desmotivar la participación, especialmente de los dentistas de la Región
Metropolitana y del Ejercicio Privado, en esto se sustentan los actuales
dirigentes del Colegio. La escasa participación de esos colegas en las
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elecciones les permite elegirse y reelegirse a su antojo, perpetuándose de esta
manera en los cargos y concentrando el poder político y económico al interior
del Colegio.
La desmotivación de los dentistas de participar, tanto en el Colegio como en
sus elecciones, es una causa del problema. Pero, “la culpa no es del chancho,
sino de quien le da el afrecho” dice una vieja frase popular. En nuestro Colegio
se cumple cabalmente. La cantidad de dentistas colegiados alcanza al 20,38%
de los dentistas existentes en el país, en las elecciones del Colegio, rara vez
participa más del 20% de los dentistas colegiados a nivel nacional.
En el caso de la Región Metropolitana la situación es peor. La participación
promedio en las elecciones es de alrededor del 10% de los dentistas
colegiados de la región. De nada sirven los reclamos a través de las redes
sociales, el “poder de la silla y el teclado” es claramente insuficiente. Todo
seguirá igual mientras los colegas no despierten y participen. Nada cambiará y
de nada servirá que los dentistas que ejercemos en el sector privado seamos
mayoría, como tampoco que los colegiados de la Región Metropolitana también
lo sean.
Un Colegio en profunda crisis
En Chino tradicional, la palabra "crisis" se escribe con dos caracteres (危機),
que representan "riesgo” y "oportunidad" respectivamente. Sin duda, una crisis
siempre representa un peligro e incertidumbre, pero al mismo tiempo,
representa una oportunidad de cambiar y de corregir los problemas que la
generaron. Nuestro colegio está atravesando una profunda crisis.
La elección del Colegio del año 2018 fue anulada por el Tribunal Electoral, tres
de los consejeros nacionales electos iban por un tercer período, el Estatuto del
Colegio permite una sola reelección. Frente a esto, los dirigentes del Colegio
solicitaron, al Tribunal Electoral, retrotraer todo hasta antes de la elección, es
decir, que los consejeros existentes a la fecha anterior a la elección retomaran
sus cargos, a lo que el tribunal respondió “no ha lugar”.
De igual forma, desoyendo al Tribunal, citaron a ex Consejeros Nacionales
(Cuyo mandato había caducado) a un “Consejo Nacional Extraordinario” y
llamaron a una nueva elección, que obviamente, fue nuevamente impugnada,
proceso que desde el mes de Febrero, se encuentra en su fase probatoria, a la
espera del fallo definitivo, el cual se ha retrasado por causa de la pandemia de
Covid 19.
Tomando en cuenta las irregularidades cometidas en esta última elección, sin
duda terminará siendo anulada igual que la anterior, en tal caso, serán dos
elecciones consecutivas anuladas por el Tribunal Electoral y por lo tanto, el año
2021 no habrá quien convoque a una nueva elección, abriéndose un abanico
de posibilidades, que van desde la disolución del Colegio, su intervención por
parte del Ministerio de Economía o una reingeniería, a cargo de los propios
Colegiados en un gran proyecto de Unidad Gremial, que redacte nuevos
Estatutos y ayude a construir una nueva institucionalidad más democrática,
transparente y representativa de todos y todas quienes ejercemos esta
profesión.¿Qué camino tomaremos los dentistas chilenos? ¿Tendremos la
inteligencia y la capacidad, de aprovechar esta crisis como oportunidad?
Cada vez es más frecuente escuchar a colegas que proponen retirarse del
Colegio y crear una organización paralela, que los represente de verdad, ese
no es el camino. Los Colegios Profesionales fueron creados por Ley, como
corporaciones de derecho público, es decir, como organismos paraestatales
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con poder de influir en las políticas públicas del país, dividir estas
organizaciones sólo las debilita y será más difícil conseguir los cambios que la
profesión necesita. Lo que debemos hacer, es unir fuerzas con los demás
colegios profesionales, para sí recuperar nuestra condición de Corporaciones
de Derecho Público, como fuimos creados y eliminar esa mancha de “AG”
como nos redefinió la dictadura, eliminarla es una deuda que la democracia
tiene con todos los Colegios Profesionales, los colegios no somos gremios,
somos órdenes profesionales, con fines completamente distintos a los gremios.
Lo más importante que se requiere, es un cambio de actitud de los colegas,
especialmente de los colegas jóvenes, que son la mayoría de los colegas y a
su vez, los más afectados por la crisis que afecta a la profesión. Son ellos los
que deben entender que la única manera de proyectarse un futuro es
participando activamente en el Colegio, presentándose a los cargos directivos,
proponer ideas para solucionar sus problemas y lo más importante, votando en
las elecciones del Colegio, de manera de tener una voz efectiva al interior de él,
si esto no ocurre, todo será esfuerzo inútil para realizar cambios. Limitarse a
reclamar en las redes sociales no es el camino, hay que actuar y participar
activamente en el Colegio.
“Si queremos resultados distintos, no podemos seguir haciendo lo mismo”
decía Albert Einstein, si queremos que las cosas cambien en el Colegio,
debemos tener claro que esto dependerá de todos y cada uno de nosotros,
aquí no sobra nadie, cada cual debe ser escuchado y hacer su aporte en
buscar las soluciones que nuestra profesión requiere.