sábado, 30 de noviembre de 2013

HERRAMIENTAS BÁSICAS DE CONTABILIDAD

Administración de la consulta  dental
ABC de contabilidad


 ¿Qué es contabilidad?

La contabilidad es la ciencia y técnica que se encarga del registro, procesamiento y análisis sistemático y ordenado de las operaciones comerciales de una empresa con respecto a su entorno, que se realiza principalmente para generar información y evaluar la situación financiera de la organización.
Mantener la información contable actualizada permite al gerente la toma de decisiones sólidas y buscar las alternativas más productivas para la institución. 
Si no se utiliza eficazmente, ya sea porque no se registran adecuadamente las transacciones o porque no se analizan los datos, "se trabaja a ciegas", sin saber cómo va nuestra empresa, sin conocer las utilidades, los costos y rentabilidad de cada producto que ofrece, cuánto debemos, cuánto dinero se tiene disponible, cuándo invertir, etc... 
Herramientas básicas de la contabilidad
Las principales herramientas que usa la contabilidad son los estados financieros. Los más utilizados son el balance general y el estado de ganancias y pérdidas.
1. Estados financieros:
Resumen de los resultados de las diferentes operaciones económicas de la empresa en un período determinado. Los más utilizados son dos:

a. Balance general
Muestra el comportamiento de los activos, los pasivos y el patrimonio de la empresa a una determinada fecha, es decir, qué tiene, qué debe y qué pagó.
Activo: todo aquello que pertenece a la empresa. Por ejemplo: dinero en efectivo, cuentas por cobrar maquinarias, materia prima, productos terminados, inmuebles, etc. 
Pasivo: obligaciones que tiene la empresa ante terceros que no son propietarios de la empresa. Por ejemplo: cuentas por pagar a proveedores, préstamos, sobregiros bancarios, sueldos por pagar, etc.
Patrimonio: deuda que tiene la empresa con sus propietarios. Por ejemplo: utilidades retenidas, capital social, etc.

PATRIMONIO  = ACTIVOS - PASIVOS

b. El estado de ganancias y pérdidas
Reporta las operaciones que se realizan en una empresa en un tiempo determinado. Muestra los ingresos, los gastos y la utilidad o perdida generada.
Este debe incluir todas las partidas que representan ingresos o ganancias y gastos o pérdidas originadas durante el período en cuestión.
Se suele especificar:
Ventas netas: todo lo que hemos recibido derivado del giro del negocio, menos las devoluciones, descuentos, rebajas, etc.
Otros ingresos: se anotan los ingresos que no provienen de la actividad principal de la empresa, pero que se relacionan directamente con ella.
Costo de ventas: se incluye los costos de los productos comprados para ser vendidos, la materia prima y la mano de obra, los gastos de fabricación, los gastos efectuados para prestar nuestros servicios, etc.
Gastos de ventas: incluye los gastos directamente vinculados a las operaciones de ventas.
Gastos de administración: incluye los gastos directamente vinculados a la gestión administrativa.
Otros ingresos y egresos: incluye los ingresos y egresos que no derivan de la actividad de la empresa. Por ejemplo: los dividendos, intereses, utilidades provenientes de valores, acciones, gastos financieros, gastos de descuentos, pérdidas provenientes de los valores, etc.
Otros: Impuestos, participaciones y deducciones y partidas extraordinarias.


TEMAS DESTACADOS


Sector Público ¿Expoliación o meritocracia?
Por: Carlos Anriquez



















Cuando cambian los gobiernos, una de las primeras medidas es asignar puestos políticos y de alta dirección pública basándose en el criterio de lealtades partidarias, y dentro de él, de lealtades fraccionales o caudillescas. En Chile se creó la Dirección de Servicio Civil, dependiente del Ministerio de  Hacienda, una de cuyas funciones es seleccionar los postulantes a cargos de la Alta Dirección Pública (ADP), lo que es un progreso, ya que se elevan los requisitos y condiciones que deben cumplir los gerentes públicos para optar y ocupar en definitiva un cargo. Sin embargo, este proceso no ha eliminado el carácter expoliativo que ha tenido la administración pública chilena. En un entretenido libro de memorias políticas de un connotado dirigente radical de los años 30 y 40, se preciaba de haber influido para que sus seguidores pudieran disponer de “abundante pan” y consideraba casi traidores a quienes, habiendo recibido ese favor, no lo apoyaban en los conflictos internos del Partido Radical, entonces el más importante partido político de Chile. Esta forma de pensar (y actuar) sigue vigente hoy día, a pesar del servicio civil y el discurso meritocrático de todos los sectores políticos chilenos. Porque nadie se atreve a decir abierta y públicamente que nombrará en cargos públicos a sus compañeros de partido o, peor aún, sus amigos o sus familiares. Así  es que pueden decir que el postulante fue seleccionado de manera objetiva y profesional.
Pero seleccionar no es lo mismo que nombrar. La autoridad llamada a hacer el nombramiento tiene libertad para rechazar la terna propuesta por el Servicio Civil y declarar desierto el concurso. ¿Cuántas veces? Todas las que quiera hasta que en la terna vaya el candidato al que dicha autoridad quiere nombrar. Conozco un candidato a cargos de segundo nivel que participó en 17 concursos, en los 17 quedó en la terna final. 10 concursos fueron declarados desiertos y en los otros 7 designaron a postulantes ubicados por debajo de él.
Algo parecido pasa con el sistemas de compras públicas. Basta leer las bases para darse cuenta que muchas están direccionadas. Y si no funciona el mecanismo, se declaran desiertas las propuestas y se llama a cotización privada. O los presupuestos se calculan para evitar la propuesta pública.
¿No será mucho botar los recursos públicos para vestir bien una mentira? Otra más.
El sector público chileno no funciona bien. Carece de eficaces mecanismos de control. Una prueba: muchos de los escándalos descubiertos en los últimos años, pasaron el trámite de toma de razón sin que la Contraloría sospechara nada. Muchos de los mismos escándalos, son denunciados no por ser casos de corrupción, sino porque no cumplen con las normas legales. (Y además son constitutivos de delitos.)  
El sector público chileno carece de eficaces mecanismos de coordinación. Una prueba: el 27/2/2010, en las horas que las autoridades y la misma Presidenta de la República, intentaban concluir algo que les permitiera llegar a una decisión, en el sistema de la ONEMI había ya un correo desde el Centro de Alerta de tsunamis del Pacífico, que contradecía el informe del SHOA y nadie lo supo. Uds. pueden averiguar cuántas veces el SHOA y la ONEMI hicieron ejercicios de coordinación y desarrollaron escenarios de catástrofes probables y medidas de respuesta. La respuesta es nunca.
El sector público carece de eficaces mecanismos de evaluación e incentivos del personal. El sistema de calificaciones de los servicios del Estado considera un proceso anual  de calificación y contempla 4 niveles o “listas”: 1, distinción, 2, Buena, 3, Condicional y 4, de eliminación. La ubicación en las listas depende de los puntajes de cada trabajador y de esto, a su vez, la percepción de incentivos económicos. Pues bien, más del 98,7% de los funcionarios está calificado en lista 1, de distinción. Solo por excepción se califica en listas 2 y 3. Y en lista 4, se califica menos del 0,1% de los funcionarios. ¿Serio? Por cierto que no.  Otro ejemplo: en el plan de mitigación de Pascua Lama se consideraban medidas para impedir la contaminación de glaciares y cursos de agua. Avanzadas las obras en un alto porcentaje y el plan no se ha aplicó, los cursos de agua se contaminaron y los glaciares pueden correr la misma suerte. Solo cuando ya no podía ser más evidente, la Superintendencia respectiva aplico sanciones y paralizó las obras, ante lo que la empresa apeló hasta que tras un lapso no menor, el poder judicial confirmó las sanciones. Algo parecido pasa en Mina Invierno, en Isla Riesco, Magallanes continental, un santuario de la naturaleza que ya está siendo destruido por la contaminación con polvillo de carbón en cursos de agua, mar cercano y bosques. Y aún no se hace lo que se debió hacer hace tiempo: paralizar la faena hasta ver que cumplen con su plan de mitigación. Y si no lo cumplen, cerrarla. Es muy probable que en Marzo de 2014, este lamentable cuadro del sector público se repita, desalojando a miles de funcionarios competentes para poner a los seguidores de los caudillos y partidos de gobierno. Y nuevamente se repitan los mismos cuadros arriba descritos y muchos otros que atentan contra la necesaria eficacia que es imperativa para responder a las demandas ciudadanas. Se crearán más ministerios, más subsecretarías, más servicios del Estado y  seguirán funcionando descoordinadamente, sin mecanismos eficientes de evaluación y control, funcionarios maltratados, muy probablemente con nuevos casos de corrupción que pasen por las narices de los organismos interno y externos de control antes de ser descubiertos por pura casualidad.
 ¿O alguien cree que hay intenciones serias de corregir todo esto?

jueves, 14 de noviembre de 2013

Carta del Prof. Dr. Luis Ciocca Gómez a la Comunidad Odontológica por afrenta a la profesión.

 Santiago 14 de noviembre de 2013.
 
Estimados colegas:
 
Me permito usar esta Tribuna que ha demostrado su eficacia en más de una situación conflictiva vivida por nuestra profesión en los últimos tiempos, para expresar una  enérgica protesta frente a lo que a mi juicio constituye  un nuevo menoscabo que acaban de sufrir los cirujano-dentistas  y que nuevamente proviene de la autoridad sanitaria.
 
Acabo de enterarme de la promulgación del decreto 46 , firmado por el Presidente de la República y el Ministro de Salud  el cual en lo esencial traslada la forma de usar  los psicotrópicos de la lista IV , que habitualmente prescribíamos mediante receta retenida, al artículo 35 del Decreto supremo N° 466. Esto acarrea la modificación del primer inciso del artículo 32 del decreto supremo n°  405, obligándonos a concurrir personalmente a una farmacia para adquirir 30 comprimidos, que debemos dar también personalmente a nuestros pacientes.
 
Esta situación es  una nueva agresión a nuestras prerrogativas, similar a lo ya ocurrido en años pasados  con el asunto del ácido hialurónico, o la limitación al uso de psicotrópicos , situaciones en que las autoridades de dichas épocas, frente a nuestras justas observaciones,  debieron “echar marcha atrás”
 
Frente a lo sucedido estimo que solo cabe la derogación a la brevedad de un decreto dictado inconsultamente, que no respeta el espíritu del Código Sanitario, y que resulta ofensivo  para una digna profesión universitaria. Estas medidas sin duda constituyen una afrenta  a nuestro actual desarrollo profesional alcanzado  a través de los años con el esfuerzo de generaciones de maestros que han seguido el impulso  que dio la vasta obra de aquel Padre Fundador que fue Germán Valenzuela Basterrica, médico y dentista.
 
 
Dr. Luis Ciocca G. , Profesor Titular de la universidad de Chile, Cirujano Dentista,  Director del Dpto. de Medicina Legal

Desigualdad y educación, un círculo que no cierra


Por: Andrés Palma Irarrázaval

El estudio de valores sociales dado a conocer por la Universidad de Santiago nos entrega mucha información importante sobre lo que piensan los chilenos, y especialmente sobre la coherencia de sus posiciones al enfrentarlas desde distintos puntos de vista.
 Lo primero que llama la atención, y que no debiera hacerlo, es que ante la consulta sobre ¿cuál de los siguientes temas generan más problemas en el Chile de hoy?, el 20% responde que las desigualdades sociales, el 16% la educación, otro tanto la salud y un 14% la delincuencia.
En tanto que cuando se les consulta sobre ¿cuál es su mayor preocupación personal?, las personas señalaron en primer lugar con un 18% la educación de sus hijos, seguido con un 15% por la delincuencia, 13% para el costo de la vida y 10% para la salud.
Consultados por cómo resolver las desigualdades, mencionadas en primer lugar como tema de preocupación, el 66% señala la educación y un 14% apela por mayores impuestos.
Sin embargo el mismo universo sostiene que el sistema educacional debe ser modificado sustancialmente (58%) o debe ser reemplazado por otro sistema (25%).Es decir se observa a la educación como la gran solución para la desigualdad, pero al mismo tiempo no se cree que el actual modelo educacional sea el camino que entregue esa solución.
Una de las transformaciones que se propone tiene que ver con el avance en la gratuidad.El 41% de las personas piensa que la educación debe ser totalmente gratuita, en tanto que un 48% que debe ser gratuita solo para los que no pueden pagarla.Esto refleja un deseo de equidad y de avance en la solución de las desigualdades que no puede soslayarse.
El examen consistente de la información revela que la educación hoy no es gratuita, ni siquiera para los que no pueden pagarla, y por ello la demanda por gratuidad total o por gratuidad para los que enfrentan una situación que les obliga a endeudarse o descapitalizarse para poder financiar los estudios.
Esto es crítico en la educación superior, de allí que se entienda su mayor movilización por la demanda.
Un estudio del Profesor Víctor Salas, que dirige el equipo de Economía de la Educación en el Departamento de Economía de la USACH, señala que el 64,5% de todo el financiamiento de la educación superior es aportado por las familias de los estudiantes, es decir 4200 de los 6500 millones de dólares que hoy representa el gasto en educación superior en Chile.
Este financiamiento de la educación superior, de acuerdo al profesor Andrés Bernasconi del Centro de Políticas y Prácticas de la Educación de la UC, es similar al de los países de desarrollados en su proporción respecto del tamaño de la economía (2,5% del PIB), pero exactamente inverso en su forma de financiamiento, es decir, en los países desarrollados dos tercios son aportados por el Estado y un tercio por las familias.
El Estudio de Valores Sociales nos refleja este problema de manera clara, revelando que la educación es la primera preocupación individual, la desigualdad es el principal problema social, que la educación es la solución a la desigualdad, pero no el actual modelo educativo.