¿Tenemos un problema de salud o de mercado?
Por
Andrés Palma Irarrázaval
(Docente
Universidad de Santiago)
Es un hecho que los
indicadores de salud en Chile son buenos. Las enfermedades infecciosas están
casi totalmente controladas, la atención profesional del parto y el control del
niño sano han generado una actitud responsable con la salud de la madre y del
niño pequeño que han disminuido sus morbilidades y mortalidades a niveles
superiores a los de otros países de similar nivel de renta por habitante, y la
esperanza de vida se ha elevado hasta niveles de países desarrollados.
Por otra parte, al analizar estos
resultados en relación a lo que se gasta en salud podemos concluir que el
retorno del gasto en salud, es decir el resultado por peso invertido en salud,
es de los más altos del mundo, lo que nos dice que el sector es un sector que
funciona bien en general.
Esto es más evidente si se observa que
alrededor del ochenta por ciento de la población se atiende en el Sistema
Público de Salud, cuyos niveles de eficiencia (resultado por peso gastado) son
aún superiores.
Sin
embargo la opinión de la gente no coincide con estos datos
De acuerdo con el Estudio de Valores
Sociales realizado por el Departamento de Gestión y Políticas Públicas de la
Universidad de Santiago, al preguntar, “¿Cuál
de los siguientes temas generan más problemas en el Chile de hoy?” un 51% de
los consultados (mayores de 18 años que viven en zonas urbanas) respondió: “el
sistema de salud”, el número más alto de respuestas entre las
alternativas propuestas. Este resultado es mayor entre las mujeres (56%) que
entre los varones (46%) y también en los grupos socioeconómicos más altos (64%)
que en los sectores medios y en los bajos (49%).
Por su parte, al consultar cuáles son
las tres mayores preocupaciones personales, fue el “acceso a la salud” la más
mencionada con un 42% de las respuestas. Este resultado también es mayor entre
las mujeres (44%) que en los varones (36%), pero es menor en los sectores de
altos ingresos (29%) que en los demás.
Si interpreto correctamente la
relación entre las respuestas a ambas preguntas concluyo que para los sectores
medios y bajos el “tema salud” es un problema mayormente de acceso, asunto
que es de menor importancia que para los sectores medios altos y altos. En este último caso el “tema salud”
podría tener que ver con el costo del acceso más que con el acceso mismo.
Esta afirmación es consistente con las respuestas a otras preguntas del
Estudio.
Mientras que sólo un 2% piensa que el
“sistema de salud con el sistema ISAPRE es apropiado y debe conservarse” y un
17% señala que “necesita algunos cambios pero debe conservarse”, un 37% cree
que “debe ser modificado sustancialmente” y un 39% que “debe ser reemplazado por otro sistema”, es
decir, más de tres de cada cuatro personas creen que el sistema requiere
cambios muy profundos.
Por su parte, más de la mitad de los
consultados justificaría un alza de los impuestos si estos se destinan a
financiar una reforma en el sistema de salud. Curiosamente este porcentaje es
más alto en los niveles socioeconómicos más elevados (64%) y en los mayores
(58%), y más bajo en los pobres (48%). Estas diferencias tienen, a mi parecer,
un fuerte correlato con la demanda de cambio en el sistema de ISAPRE y con la
percepción del sistema de salud como un problema, y se refrenda con el análisis
de la última pregunta que consideraré: ¿es aceptable el lucro si mejora la
calidad de la salud?
El lucro, si mejora la calidad de la
atención, es aceptado por solo el 44% de los consultados, pero es menos
aceptado en los sectores de altos ingresos (38%) y por las personas de mayor
edad (42%) y más aceptado en los sectores de bajos ingresos (45%).
Como puedo presumir que las personas
de menores ingresos se atienden en el sector público, y un sector mayoritario
de los de altos ingresos en las ISAPRE, me
parece claro que al plantearse la salud como problema se están discutiendo dos
asuntos diferentes: para los de altos ingresos el alto costo que representa
estar en una ISAPRE, es un problema de mercado, y para los más pobres la
dificultad de acceso, es un problema de salud.
No digo algo muy nuevo, pero es una
distinción que es necesaria para poder hacer la reforma que tan
mayoritariamente se demanda.
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