DESPEDIDA PARA UN GRAN AMIGO
RAUL FRANCO ALCAYAGA
Por Sergio Cousiño Mutis
Cuando
un amigo se va, nos queda la tristeza de saber que no lo volveremos a ver, que
no volveremos a compartir con el, pero quienes somos creyentes tenemos la esperanza que desde arriba nos
seguirá acompañando y escuchando.
Con
Raúl Franco Alcayaga nos conocimos el año 2011, en la Convención Nacional
que ese año se realizó en Las Termas del Corazón, Raúl venía como presidente en
ejercicio del Regional Ñuble, por mi parte yo asistía como presidente del
Capítulo de Ejercicio Liberal. El año 2012 ambos fuimos candidatos a Consejeros
Nacionales del Colegio de Cirujano Dentistas.
Resulté electo con la segunda
mayoría nacional, con 158 votos y Raúl por su parte, obtuvo la tercera mayoría nacional
con 129 votos, recibiendo el apoyo de los regionales del sur, así volvimos a
encontrarnos en el Consejo Nacional. Para ambos era nuestra primera experiencia
en el Honorable Consejo Nacional del Colegio, llegamos con todas las ganas de
trabajar por la profesión. Lo primero que nos impresionó, fue el nivel de
beligerancia que existía al interior del Consejo, el trato poco respetuoso que
existía entre los consejeros, Raúl me señaló en una oportunidad “este Colegio
no va a ninguna parte, se requiere construir un plan estratégico para el
Colegio”, trabajó en él, nos hizo una presentación en el Consejo,
lamentablemente en esa oportunidad no fue escuchado, y todo continuó igual,
esto produjo una gran frustración en mi amigo. Por mi parte me dediqué a trabajar en el Departamento de Redes
armando la “Red de Dentistas Colegiados”, trabaje dos años en ella, tampoco
llegó a puerto, en la Convención Nacional
2013 fue desechada, y terminé compartiendo la frustración con Raúl,
probablemente esto produjo que se profundizara mas aún nuestra amistad.
En mi opinión, nos perdimos un
Consejero de lujo, la experticia de Raúl junto con su calidad humana se dejó
pasar, otros si la aprovecharon. El Colegio Médico lo invitó a integrar la mesa
de trabajo para estudiar la situación de los Hospitales Concesionados y tomar
una postura al respecto, nosotros nunca escuchamos su opinión, a pesar que Raúl
ofreció hacer una presentación al respecto. En una oportunidad que se me invitó
al Departamento de Salud de la
Federación a trabajar en el apoyo a los funcionarios del
Hospital Salvador y la posición que la Federación de Colegios Profesionales tomaría
frente a la concesión de hospitalaria; sabiendo que Raúl tenía mayor
conocimiento frente a este tema le pedí ayuda, se ofreció a asistir él personalmente
en representación del Colegio, accedí gustoso y no me equivoqué. Raúl viajó
especialmente de Chillán, tuvo un destacado papel en esa reunión, los
comentarios de los otros colegios participantes fueron de muchos elogios para
mi amigo, fue él quien terminó conduciendo la reunión en esa oportunidad, era
el más capacitado en el tema de todos los representantes de los otros Colegios de la salud que
asistieron, incluido el representante del Colegio Médico. Raúl Franco con sólo
una participación en la
Federación dejó huella ahí, “Nadie es profeta en su tierra”,
en el caso de Raúl Franco esto se cumplió cabalmente.
La semana anterior a su
fallecimiento trabajamos intensamente, el Lunes tuvimos reunión de Consejo
Nacional, ese día Raúl había viajado a Santiago después de asistir a una
reunión del Gobierno Regional en la mañana, de ahí a Santiago a la reunión de
Consejo, a las 10:30 de la noche tomó un bus, finalmente llegó a Chillán a las
4 AM. El día miércoles me puso un correo contándome del cansancio que le había
provocado este viaje:
Estimado amigo
Una vez de vuelta a Chillán, realizando un esfuerzo fuera de lo
habitual para participar en la reunión ordinaria del HCN, varios me preguntaron
cómo me había ido -los que sabían de lo loco de mi viaje-…entre otros en mi
familia y en mi trabajo.
Les respondí: “Creo que fue un esfuerzo en desgaste físico y
recursos que no valió la pena realizar”
Ese día antes de salir participe en una reunión con el Gobierno
Regional que primero se iba a realizar en Concepción y luego se trasladó a
Chillán, por lo cual viaje en bus desde Chillán a las 11:15, llegue al Colegio
en Santiago a las 17:00; espere hasta las 20:15 para estar sentado en una
reunión sin sabor a nada hasta las 21:25. Pude cambiar el pasaje y me volví a
Chillán a las 22:25 para llegar a mi casa a las 4:00 AM. (10 horas 45 minutos
en un día de puro viaje, aparte de gastos, atraso en tareas propias y pérdidas
por lucro cesante).
“Me volví casi con las manos vacías, y con la sensación de haber
perdido mi tiempo, gastado dinero, desmotivado, frustrado y cansado. Me
volvieron a preguntar ¿Pero cómo? ¿A que fuiste entonces?…O sea ¿no te agrada
ir?…les respondí “Pero si no me gustara no iría…Lo que pasa es que en esa
reunión, te duermen la conciencia. Hay algo que te adormece, te bloquea, te
desanima”.
Raúl era un hombre de motivación y acción, siempre listo a
trabajar por la profesión y por el Colegio, pero no le gustaba perder el
tiempo, y ese día sentía que lo había perdido, sin embargo, seguimos trabajando por
correo electrónico, como frecuentemente lo hacíamos. Nuestra preocupación era
la propuesta nacida en la última Convención Nacional que se había realizado la
semana anterior, “El rol político que debía asumir el Colegio de Cirujano Dentistas”.
A esto hay que darle contenido, - me
dijo Raúl – si queremos participar en la discusión de las políticas públicas, nuestro
Colegio debe en primer lugar colocar en la mesa los temas nacionales y tomar
posiciones frente a ellos, de la misma manera que lo hace el Colegio Médico y
los otros colegios, igual que lo está haciendo la Federación de Colegios
Profesionales. Si no tenemos postura frente a los temas ¿de qué rol político
estamos hablando? estaremos igual que “los gatos en la carnicería”, mirando
como otros toman las decisiones por nosotros, sin poder participar en las
discusiones.
Hasta el día viernes estuvimos
intercambiando opiniones por correo y telefónicamente, durante la semana
debemos habernos contactado unas cuatro veces diarias en promedio, finalmente
el viernes por la noche teníamos un borrador con una “propuesta de temas”, para presentarla en la
próxima reunión de Consejo, con los temas que a nuestro juicio deberíamos
abordar y discutir como Colegio para tomar definiciones, la íbamos a presentar
juntos, tendré que hacerlo sólo, pero en ella está tu trabajo mi amigo, hasta
el último día estuviste trabajando por nuestra profesión.
Al final de las reuniones de
Consejo Nacional, siempre nos dábamos un momento para socializar con los demás
Consejeros y otros colegas, algunos más estables en estas tertulias, el Dr.
Rolando Shulz, el Dr. Carlos Vilches, el Dr. Sergio Vera y yo, otros mas
ocasionales el Dr. Braulio Contador, el Dr. Héctor Gutiérrez, Alejandro
Berenguela y algún otro, en ellas analizábamos las reuniones, compartíamos
nuestras alegrías y frustraciones, arreglábamos los problemas de la profesión,
del Colegio, del país y por que no decirlo también del mundo, no se si
verdaderamente logramos arreglar algo, pero esto nos hizo bien. El gestor de
estas tertulias fuiste tú amigo, en la primera reunión de Consejo dijiste “no
me van a dejar sólo comiendo en el hotel, vamos a servirnos algo, acompáñenme”.
Espero que estas tertulias continúen, pero no serán lo mismo sin tu presencia,
te echaremos de menos.
Personas como tú Raúl están
pasadas de moda en estos tiempos, no es fácil encontrarlas a lo largo de
nuestras vidas, personas honestas y transparentes como tú eras, personas
motivadas en trabajar por la profesión, por el bien del país, personas que se
preocupan por el bien común por sobre los intereses particulares por legítimos
que estos sean y lo más importante, que no se queden sólo en la motivación sino
que esta motivación se traduzca en acción como tu lo hacías.
Para terminar, sólo me queda
agradecer a Dios haberte conocido, agradecer por haber tenido la posibilidad,
durante un poco más de dos años de trabajar contigo en el Consejo Nacional y
por último agradecerte tu amistad por sobre todas las cosas.
Cuando nos despedíamos al final
de las reuniones, después de las tertulias, te deseaba buen viaje, en esta
oportunidad te diré hasta siempre Raúl Franco, gracias por tu esfuerzo, nunca
te olvidaremos.
Agradezco tus palabras en memoria de mi Padre, no me cabe duda lo apasionado que era por su profesión. Espero que todo el tiempo que les concedió en reuniones, convenciones y análisis posteriores, no quede en vano. Nosotros por nuestra parte, perdimos un pilar fundamental, un apoyo, un consejero de vida, un amigo, un compañero de equipo y de batallas, perdimos la seguridad que transmite un padre. Luchen en memoria de Raúl Franco Alcayaga, por sus motivaciones, para hacer de este país por último, un lugar donde personas expertas, sin un fuerte político sean escuchadas. Un Abrazo. Atte., Raúl Sebastián Franco Del Pino.
ResponderEliminarGracias Raúl un abrazo desde la distancia.
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