jueves, 16 de julio de 2015

La precarización laboral corre con pies de gigantes megaprestadores. ¿Dónde está la reacción de nuestro gremio?

Carta abierta al Colegio de Cirujano Dentistas 

de Chile


Dr. Cesar Rivera Martinez



Estimados colegas:
Mediante esta carta quisiera manifestarles mi profunda preocupación sobre el escenario actual que vive la odontología en nuestro país. Nuestro gremio es una familia unida por muchos dolores, a los que se suma -en tiempos recientes- el peor de todos: la desregulación del escenario laboral y formativo que vive la profesión que amamos.


Contrario a lo que algunos piensan, nuestro gremio es poderoso, pero falta -por ahora- la capacidad de agrupar a los miles de cirujanos dentistas en torno a una idea o a un símbolo que nos identifique y nos convoque.
En las últimas semanas, una cadena nacional de clínicas dentales ofreció a través de un sistema de cupones -el cual retiene el 40% del valor en concepto de servicio- limpieza dental con profilaxis, destartraje y pulido coronario por un valor de 6.600 pesos chilenos. La “letra chica” de los cupones no recomienda tal tratamiento a aquellos pacientes con enfermedades periodontales, cuando -por el contrario- dichas intervenciones -por evidencia científica- son recomendadas para esos pacientes. Esta cadena registra 2.160 resultados en Reclamos.cl, por lo que aparentemente se podría dudar de la calidad de las prestaciones que brinda. Sumado a esto, son constantes los ofrecimientos de puestos de trabajo como “higienistas dentales” para cirujanos dentistas, o la venta en línea de “protectores para el bruxismo” a través del mencionado sistema de cupones. La precarización laboral corre con pies de gigantes megaprestadores. ¿Dónde está la reacción de nuestro gremio frente a comunicaciones como éstas que se suceden semana a semana? Por sumar algo más a este escenario, hoy, la mayoría de las escuelas de odontología en Chile no posee sus programas acreditados.
En la sección de beneficios y convenios del sitio electrónico del Colegio se menciona que “el aporte mensual se dirige al trabajo gremial de defensa de la profesión y además trae de vuelta una serie de beneficios. Esta política forma parte de lo que hemos llamado el Colegio 2.0, que busca acercar el Gremio a todos los colegas de Chile”. Al parecer, entonces, fui parte del Colegio 1.0. ¿Por qué hablo en pretérito? Porque luego de los planteos de la dirigencia en las Jornadas Odontológicas de Curicó en 2010, varios de los allí presentes comprendimos que el sentido de urgencia de los cambios para el mundo odontológico era una preocupación de los nuevos desempleados más que de aquellos representantes nacionales. Pese a la conversación, varios perdimos el encanto y estuvimos dispuestos a no recibir más la agenda del año, la cena de fin de año y el descuento de los seguros complementarios.
Siento que una cosa hace falta. ¿Cómo llegamos a esta situación? Conviene, para algunos, ampararse en la pérdida de la tutela ética de los colegios hace algunos años, pero con esa pérdida, ¿se perdió también la capacidad de deliberación y comunicación en los años 80, 90 y 2000? ¿Por qué la dirigencia de esos años fue testigo de la marginación de la odontología de FONASA y luego espectador de la proliferación de decenas de escuelas? La historia de nuestro gremio debería conocer a los responsables y evitar que actitudes como esas vuelvan a repetirse. Debemos conocer la etiopatogenia de la realidad contemporánea. La pasividad de nuestros predecesores nos agobia hoy y nubla el futuro.
Acabo de terminar de leer una columna del colega Jaime Acuña D´Avino -publicada el martes 1 de julio del 2014-, y coincido con él en el diagnóstico de nuestra problemática: la baja en la calidad formativa de hoy, el excesivo valor de los aranceles para nuestra formación de pre y postgrado, la sobreoferta desregulada de profesionales y la insuficiente cobertura de nuestra población. Además, es valorable que el colegio quiera ser más inclusivo con la reforma de estatutos 2015; sin embargo, al menos en lo comunicacional pareciera ser que el mensaje de la agrupación gremial es aún tibio.
Es importante para nuestro gremio no aglutinarse en defender sólo intereses económicos, sino que asegurar la calidad de la formación y de las prestaciones. Por eso, les hago un humilde llamado a empaparse y embarrarse de la problemática de hoy, a endurecer el discurso comunicacional y dejar el extremo cuidado propio del ámbito académico.
¿Dónde están hoy los políticos que han abrazado los problemas de nuestro gremio? ¿Dónde están las propuestas de eventuales candidatos? Puedo haber buscado mal, pero -verdaderamente- no logro dar con ellos. Si estas letras llegan a alguno de ellos, desde aquí prometo votar por el primer político que proponga propuestas concretas al triste presente y nefasto futuro que se augura para nuestra carrera.
Contrario a lo que algunos piensan, nuestro gremio es poderoso, pero falta -por ahora- la capacidad de agrupar a los miles de cirujanos dentistas en torno a una idea o a un símbolo que nos identifique y nos convoque. El llamado a colegiarse no puede ser porque sí, faltan otros ingredientes. Estoy expectante y susceptible de volver a ser cautivado; cuando ese mensaje y esas acciones lleguen, reactivaré inmediatamente mi colegiatura, ya que -como ustedes- somos muchos los que queremos el bien de nuestra profesión. ¡Vamos por acciones más decididas!
Dr Cesar Rivera Martinez.
Cirujano Dentista
Diplomado en Educación Superior Basada en Competencias.
Magister en Ciencias Biomedicas mención Patología Oral(UTALCA)
Estudiante de Doctorado en Patología y Medicina Oral (UNICAMP)
Académico de la Universidad de Talca .


miércoles, 15 de julio de 2015

Pobres, Explotados, Cesantes y Endeudados



Juventud Profesional en Chile:

Por: Dr. Sergio Cousiño M.
Articulo publicado en revista Occidente ,numero 450, paginas 32 a la 36,Junio 2015.
Consejero Nacional Colegio de Cirujano DentistasEl 26 de Junio de 2014, en el ex Congreso Nacional, se realizó el Seminario de la Federación de Colegios Profesionales Universitarios de Chile bajo el nombre “Mejores Profesionales para Chile”. En este seminario uno de los temas abordados fue “la calidad de la educación en Chile” y específicamente de la educación superior universitaria, ya que a juicio de la Federación, “la calidad de formación que reciben actualmente los profesionales en Chile, no es la que quisiéramos”, señaló Marcelo Castillo, presidente de la Federación.


Los jóvenes entre 15 y 29 años, suman una cantidad de 4.188.552 personas. De esta cantidad, 1.475.405 jóvenes cursan alguna carrera en la educación superior, de los cuales 504.607 son técnicos superiores y 970.798 son Universitarios. Esto que para algunos representa un éxito del modelo educativo chileno, ya que ha dado acceso a la educación superior a quienes antes no la tenían, en la práctica ha resultado ser un problema social grave, ya que este sector de la juventud, es el que vio en la educación superior, una oportunidad para elevar sus ingresos y así mejorar su calidad de vida, para lo cual se vieron en la necesidad de pagar y endeudarse, con el objetivo de obtener un título técnico y/o Universitario. Sin embargo, este anhelo de movilidad social, ha sido profundamente cuestionado por la realidad laboral de estos jóvenes, quienes salen al mercado a vender su fuerza de trabajo calificada, con el sueño de obtener mejores salarios. Muestra de ello es el informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), el que establece que Chile tiene la tasa de licenciados desempleados más alta de los 34 Estados pertenecientes a este organismo con un 5,4%, y le sigue México con un 4,8% de licenciados desempleados.

Chile tiene la tasa más alta de Cesantes Ilustrados, es decir, personas que pagaron un instituto, CFT y/o Universidad por un periodo determinado, inclusive solicitando un crédito, pero que hoy no encuentran trabajo en lo que estudiaron o simplemente se encuentran cesantes.

La Encuesta Nacional de la Juventud 2010, concluyó que sólo el 32% de los jóvenes profesionales trabaja en algo relacionado con la carrera estudiada, mientras que  un 56,7% de ellos, no se encuentran desempeñando una labor relacionada con sus estudios. Además, el 24,7% de quienes ya poseen un título se encuentran cesantes. De todos estos jóvenes, 114.487 son mujeres con estudios técnicos, profesionales o de postgrado que están desempleadas. A ellas se suman, 110.218 hombres con igual formación profesional que son los llamados cesantes ilustrados. Finalmente, un 53,38% de estos profesionales afectados posee un rango de edad entre 26 y 35 años de edad, quienes además se caracterizan por tener muy bajas aspiraciones salariales, hecho que se demuestra con que sólo el 17,8% de ellos, aspira a sueldos superiores a los $500.000, en cambio el 48% restante, aspira a un sueldo de hasta $300.000 pesos, esto evidencia que estos jóvenes endeudados por el sistema educativo chileno, no aspiran a un sueldo digno, sino que se conforman con un sueldo que les permita poder pagar su deuda. En total, todos los profesionales cesantes, contabilizados por el Instituto Nacional de Estadísticas, son 544.680 personas.
 

Fuente: Encuesta nacional de la Juventud 2010

En los últimos cinco años la cantidad de titulados del sistema chileno creció 50,3%, alcanzando los 156 mil titulados en el año 2012. Las instituciones que mayor incremento han experimentado son los Institutos Profesionales. La tasa de titulación de los programas de Educación Superior ha ido en notorio aumento en el sistema chileno. Según datos del Servicio de Información de Educación Superior (SIES), del Ministerio de Educación, pasamos de 104.055 titulados en 2008 a 156.436 en el año 2012, considerando tanto programas de pregrado, como postítulo y posgrado. Las cifras del SIES evidencian un incremento a nivel global de la cantidad de titulados del 50,3% en los últimos cinco años. Algo similar a lo que ocurre específicamente con los titulados de carreras de pregrado, que en igual periodo aumentaron en 50,2%. En el caso de los titulados de posgrado el aumento ha sido aun mayor, llegando a 75,5%.

Según el informe Titulación 2012, elaborado por el SIES, de las 156 mil personas que se titularon en 2012 en educación superior, la gran mayoría (136.421) corresponde a titulados de carreras de pregrado. El resto se reparte entre titulados de postgrado (10.414) y postítulo (9.601). En relación al tipo de institución de educación terciaria desde la cuales se titulan los chilenos, se evidencia que el 60,6% de los titulados en 2012 lo hicieron de una universidad; 23,6% de un instituto profesional (IP) y el 15,8% de un centro de formación técnica (CFT).

Acerca de la tasa de titulación y el tipo de institución de educación superior, el informe del SIES muestra que los IP son los que más han aumentado su titulación en el período 2008 – 2012, por sobre los CFT y universidades. Este tipo de instituciones, donde se imparten carreras técnicas de nivel superior y profesionales sin licenciatura, incrementó la tasa de titulación en 98,8% en cinco años, pasando de 18 mil a casi 37 mil titulados en el año 2012.  En el caso de los CFT, el alza en las personas tituladas en igual periodo es de 71,3% y 33,4% en las universidades.

Ahora, si el análisis se centra solo en las universidades, se puede observar que las privadas muestran un incremento en sus tasas de titulación de 51,3%, en el período 2008 – 2012. Muy por sobre las universidades pertenecientes al Consejo de Rectores (Cruch), que en igual período experimentaron un alza de titulación del 14,7%. La movilidad social prometida por las Universidades Privadas e Institutos Profesionales que junto con la Banca, utilizaron el Crédito con Aval del Estado desde el año 2006, no era tal, ya que las empresas que contratan profesionales siguen privilegiando a los titulados de las Universidades con mayor tradición y que a su vez son las más inalcanzables para el grueso de la población nacional.

Si separamos a los jóvenes profesionales por el estrato social al cual pertenece su familia (como lo muestra la Encuesta del INJUV), nos encontramos que en el grupo A, B, C1 la inserción laboral en la carrera estudiada alcanza al 60% de los profesionales, a medida que vamos bajando el nivel socioeconómico al cual pertenece el joven, la inserción laboral baja también significativamente, hasta llegar a poco más del 10% en el segmento socioeconómico E.

Fuente: Encuesta nacional de la Juventud 2010

La explicación a esta situación, no es muy complicada de entender, ya que diferentes investigaciones, entre ellas, la realizada por Trabajando.com, establece a partir de una muestra de 11 mil personas, que el 97% de los encuestados, están seguros que en Chile pesan más las redes informales de contactos que la meritocracia, opción elegida por sólo un 3%. Por otra parte, el 48% de los chilenos, ha visto en su trabajo cómo las redes informales son la principal forma de contratación, otro 42% lo ha vivido en carne propia y está donde está, gracias a un conocido. Finalmente, el 10% restante, también está de acuerdo con esta afirmación, pues lo ha presenciado con amigos y conocidos.

La información anterior, nos revela que si no poseemos las redes y contactos necesarios, no encontraremos trabajo. Esta realidad ocurre cuando el trabajo no es garantizado como un derecho constitucional, situación que ocurre principalmente en los países Neoliberales, y puntualmente en Chile, en donde la cesantía se disfraza de falsa empleabilidad, situación que se expresa en que en nuestro país existen 1.053.281 asalariados que no tienen contrato de trabajo, son trabajadores que reciben órdenes, cumplen horarios, son subordinados, pero sin contrato de trabajo, sin posibilidades de sindicalizarse ni de negociar colectivamente, y sin protección laboral. Son Falsos Asalariados y a nivel nacional
equivalen a casi el 17,9% del total de asalariados.

Según un informe del Ministerio de Educación del año 2013, se establece que las carreras universitarias con mayor empleabilidad son las ingenierías, entre ellas: Ingeniería Civil en minas, Ingeniería Civil Metalúrgica, Ingeniería Civil mecánica, Ingeniería Civil eléctrica, Ingeniería Civil en finanzas. Al otro extremo, algunas de las carreras con menor empleabilidad son Técnico en educación Diferencial, Actuación, y Técnico en educación de párvulos. El mismo año, Laborum.com publicó el ranking de las diez profesiones universitarias más colapsadas en Chile, la empleabilidad de ellas varía entre el 10 y 30%. Medicina Veterinaria (10%) Relaciones Públicas  y Psicopedagogía (12%), Biología, Psicología y Sociología (15%) Periodismo, y Derecho (25%) Diseño y Arquitectura (30%).

Por otra parte, el 56% de los nuevos empleos asalariados que se han creado en los últimos 45 meses, se han generado a través de tercerización o subcontratación (y suministro), formas flexibles que reducen la probabilidad de empleos protegidos, complejizan la organización sindical y reducen el valor del trabajo. Finalmente, se encuentran los sub empleados, que en Chile registran una cantidad de 682 mil personas, quienes trabajan pocas horas a la semana y que desean y están disponibles para trabajar más. El 50% de estos trabajadores gana menos de $80.450 pesos al mes.
Si relacionamos esta última información con el desempleo profesional, nos daremos cuenta que el trabajo por cuenta propia, el sub empleo, y el sub contrato, son las formas de trabajo que terminan realizando el 54% de los profesionales que no ejercen su profesión. Esta situación ocurre, entre otras cosas, porque existe una sobre oferta de Universidades, IP y CFT, las que indebidamente han sido acreditadas por la Comisión Nacional de Acreditación, ya que bajo ninguna circunstancia, su sobreoferta de profesionales será absorbida por los empresarios y las instituciones públicas. Esta situación, en ningún caso es azarosa, ya que se tiene claramente pronosticada, lo que viene a constatar el total desinterés de estas Universidades-Empresas, porque sus estudiantes egresados de sus instalaciones, encuentren trabajo en lo que estudiaron.
Recientemente el Instituto Nacional de la Juventud y el SERNAC (Agosto 2014) han dado a conocer un estudio realizado entre los jóvenes chilenos, para estar al tanto sobre su comportamiento financiero, su accesibilidad al crédito y razones y formas de endeudamiento. Los resultados obtenidos demuestran, con sorpresa,  la relación directa entre endeudamiento juvenil y acceso a educación superior.
El 47% de los jóvenes chilenos posee o ha contraído en el pasado una deuda a su nombre. Las dos principales razones para dicha situación son la presencia de una emergencia o imprevisto (32%), y la necesidad de financiar su educación (25%). Igualmente, dentro del ítem de emergencias se incluyen casos de créditos de consumo para el pago de repactaciones o deudas arancelarias, por ende, podemos asegurar con certeza que el 25% del ítem educación, es incluso  mayor en la práctica, entendiendo que algunas emergencias son en la realidad financiamiento indirecto de la educación. Entre el 43% del 47% de jóvenes que declara tener o haber tenido endeudamiento, menciona hacerlo debido a un crédito universitario.
Otra conclusión del estudio es que el 29% de los muchachos encuestados dice no estar al día en el pago de sus cuotas; mientras que el 20% ha estado en Dicom. Además, un 45% del total cree que no dejará de estar endeudado de aquí a 12 meses.
Para empeorar aún más las cosas, los estudiantes que ingresan a la educación superior y no encuentran trabajo, deben de igual forma pagar su deuda, y si no tienen un trabajo que les permita pagarla, el sistema subsidiario que tenemos, permite que el Estado, es decir el pueblo y los trabajadores, pagarán esta deuda a los bancos. Esta deuda la pagamos nosotros, pero el Gobierno es el responsable de cancelarla, a través de la ejecución del presupuesto para la educación superior, el que este 2014 equivale a una cifra superior a los $362.000 millones de pesos. Esto significa que el 40% del dinero destinado a la educación superior está destinado a llenar los bolsillos de la banca privada.

Y si esto fuera poco, según el Banco Mundial, se establece que, los mecanismos de cobro del Crédito con Aval del Estado, han generado un nivel de morosidad que supera el 50%. Además, según un informe de la Comisión Ingresa, los egresados de la educación superior tienen un orden de morosidad de un 30%, y los desertores de un 70%, y aunque se haya bajado la tasa de interés de un 5,8% a un 2%, la diferencia será pagada por el Estado, a través de una lógica Subsidiaria. Así lo establece la Contraloría General de la República en el siguiente informe: “La reducción de la tasa en comento, se transformará finalmente en un alza del gasto fiscal, toda vez que el Estado, por intermedio de la Tesorería General de la República, pagará a los bancos una subvención implícita por la nueva tasa de interés, en el marco conceptual del recargo”.

Finalmente, los Colegios Profesionales no estamos dispuestos a ser “cómplices pasivos” frente a esta “Cultura del abuso y engaño”. A estos jóvenes chilenos y sus familias se les ha hecho un daño, material y simbólico, que no fue accidental y, a pesar de ello, nadie se ha hecho responsable.  El daño realizado se concentra justamente en los estudiantes y familias más pobres del país, jugando con las esperanzas de la gente que más necesita, desea y se esfuerza por una educación para ganarse la vida honestamente. La colusión entre el  Estado, las instituciones financieras y las Instituciones de Educación son responsables de este daño. Las víctimas son los jóvenes estafados y endeudados del sistema educacional, mediante Crédito con Aval del Estado (CAE), Crédito CORFO, Fondo Solidario (FS), Crédito interno que entregaban Ues, CFTs e IPs y Créditos de Consumo Educacional (CC), esclavizándolos con las instituciones financieras por 10, 15 o 20 años. Por último, se ha dañado a nuestros compatriotas, ya que se está lucrando con recursos públicos, para formar profesionales de mala calidad, que el país no necesita y que no tendrán campo laboral al egresar. Será la clase trabajadora, esté o no calificada, o bien tenga o no tenga estudios superiores, mientras exista este modelo neoliberal, subdesarrollado y saqueador en la educación chilena, la que estará condenada a sufrir y pagar por las desilusiones generadas por el modelo empresarial Neoliberal, el que no sólo garantiza empleos indecentes para los trabajadores y los profesionales en particular, sino que además los condena a vivir endeudados de por vida.

Referencias
  1. “Evolución Matrícula Educación Superior de Chile Periodo 1990 – 2009”, Rodrigo Rolando M., Juan Salamanca V., Marcelo Aliaga Q. (Sistema Nacional de Información de la Educación Superior (SIES) de la División de Educación Superior del MINEDUC, Junio 2010).
  2. “Encuesta Nacional de la Juventud”, INJUV (2010).
  3. “Boletín de Educación Superior”, Sistema Nacional de Información de la Educación Superior (SIES). Mineduc (Diciembre 2013).
  4. “Matrícula 2013, La matrícula en educación superior aumenta y cambia su distribución” Sistema Nacional de Información de la Educación Superior (SIES) Mineduc.
  5. “Expansión de la Educación Superior en Chile” Gobierno de Chile, Ministerio de Educación.
  6. La Juventud Profesional en el Chile Neoliberal, Pobres, Explotados, Cesantes y Endeudados”, Luis Santibáñez, Los Hijos de Mafalda. (Mayo 2014)
  7. “Las 10 Carreras más colapsadas”, Laborum.com (2013).
  8. “Duración Real de las Carreras y/o Programas. Descripción y Análisis de la Cohorte de Titulados y/o Graduados 2007” Rodrigo Rolando, Juan Salamanca y Jose Israel Rubilar (Sistema Nacional de Información de la Educación Superior (SIES) de la División de Educación Superior del MINEDUC. Marzo 2010).
  9. “Evolución de la Titulación de Educación Superior en Chile. Periodo 1999-2008” Rodrigo Rolando M., Juan Salamanca V. y J. Israel Rubilar (Sistema Nacional de Información de la Educación Superior (SIES) de la División de Educación Superior del MINEDUC. Agosto 2010).
  10. El endeudamiento juvenil alcanza un 43% en educación, SERNAC, INJUV(Agosto, 2014).
  11. http://www.injuv.gob.cl/portal/wpcontent/files_mf/sextaencuestanacionaldejuventud.pdf
  12. http://internacional.elpais.com/internacional/2013/06/26/actualidad/1372200135_974449.html
  13. http://www.lasegunda.com/Noticias/Impreso/2011/09/679924/estudio-entre-58-y-100-de-universitarios-consigueempleo-segun-carrera-y-plantel.
  14. http://www.emol.com/noticias/nacional/2012/08/21/556733/universidades-catolica-y-de-chile-son-las-que-hacen-unmayor-gasto-por-alumno.html
  15. http://www.eldinamo.cl/2014/04/09/empresariado-dono-16-mil-millones-a-la-universidad-catolica-u-de-los-andes-y-deldesarrollo-durante-2013/
  16. http://www.24horas.cl/nacional/para-indecisos-carreras-con-mejor-sueldo-y-empleabilidad-948267
  17. http://www.biobiochile.cl/2013/12/28/las-carreras-cortas-mas-demandadas-y-con-mejores-sueldos-en-el-mercadolaboral.shtml
  18. http://www.mifuturo.cl/
  19. http://www.universitarios.cl/blog/carreras/cesantia-ilustrada-el-fenomeno-que-acecha-nuestros-titulos-l9322/
  20. http://www.trabajando.cl/contenido.cfm?noticiaID=5431
  21. http://www.chile.com/secciones/ver_seccion.php?id=120182
  22. http://www.elciudadano.cl/2014/03/11/102895/pinera-las-cifras-reales-de-fundacion-sol-que-echan-por-tierra-sugestion/.
  23. http://www.elciudadano.cl/2014/03/11/102895/pinera-las-cifras-reales-de-fundacion-sol-que-echan-por-tierra-sugestion/
  24. http://www.elciudadano.cl/2014/03/11/102895/pinera-las-cifras-reales-de-fundacion-sol-que-echan-por-tierra-sugestion/
  25. http://ciperchile.cl/2013/11/11/credito-con-aval-del-estado-cae-los-bancos-siguen-ganando-a-costa-del-estado-y-delendeudamiento-estudiantil/
  26. http://ciperchile.cl/2013/11/11/credito-con-aval-del-estado-cae-los-bancos-siguen-ganando-a-costa-del-estado-y-delendeudamiento-estudiantil/


domingo, 12 de julio de 2015

Crisis del sistema sanitario, un ejemplo desde la odontología en Chile

El siguiente texto es de Autoría de Dr. Patricio Palavecino González y ha sido publicado en elquintopoder.cl …Creemos pertinente compartir esta Opinión con nuestros lectores
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La reforma educacional de 1981 abrió la educación superior al mercado sobre la base de la libertad de enseñanza. Sin duda esta medida mejoró la cobertura y el acceso a la educación superior, aumentando desde 250.502 estudiantes en 1990 a casi un millón de estudiantes en la actualidad (1). Sin embargo, este aumento de la matrícula produjo una serie de problemas relativos a la calidad, hecho que cobró vital importancia en el área de la salud, que tuvo como reacción la acreditación obligatoria para la carrera de medicina (y pedagogía) por la ley 20.129 del año 2006 (2). Pese a ello, el resto de las carreras de la salud no sólo quedaron al arbitrio del mercado y sin mayores exigencias de calidad, sino que, ante el exceso de profesionales egresados, comenzó a producirse una progresiva precariedad laboral, así como evidentes problemas en la calidad de los profesionales del área.
La odontología en Chile ha sido una de las áreas médicas más golpeadas por la desregulación de la educación superior. En la actualidad, según datos de la Asociación de Estudiantes de Odontología de Chile y el Colegio de Cirujano Dentistas, se proyectan 39 programas universitarios de odontología, de los cuales cinco son impartidos por universidades del Estado (Universidad de Antofagasta, Universidad de Chile, Universidad de Valparaíso, Universidad de Talca y Universidad de la Frontera) (3). Según consta en la página web de la CNA, actualmente sólo 12 universidades tienen sus programas de odontología acreditados, de las cuales seis corresponden a planteles del CRUCH.
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Sobreoferta y endeudamiento

Con la pérdida por parte de los colegios profesionales de la colegiatura obligatoria y la tuición ética de la profesión -entre otras cosas-, por la reforma de 1981, el número de dentistas en Chile ha sido difícil de establecer. El Capítulo de Ejercicio Liberal del Colegio de Cirujanos Dentistas estima, según proyecciones y datos de los contribuyentes del SII, que el número de Odontólogos en nuestro país es cercano a los 18.115 (4). La recomendación de la OMS para los países subdesarrollados, como es el caso de Chile, es que exista un Odontólogo por cada 2.000 habitantes (5).
Según los datos aportados por el Censo 2012, en nuestro país somos 16.634.603 habitantes (6), por lo que actualmente en Chile existiría un odontólogo por cada 918 habitantes, lo que se traduce en una sobreoferta laboral del 117% si tomamos como referencia la recomendación de la OMS. El panorama no se ve nada auspicioso si consideramos que el año 2012 se titularon 1.800 nuevos dentistas y que, según proyecciones realizadas por el Dr. Ricardo Cartes (7)para el año 2020 existiría un dentista por cada 600 habitantes, llegando a una sobreoferta de más del 200%.
Esta situación ha generado que la profesión odontológica ya no sea tan auspiciosa, en términos económicos, como lo era hace algunos años atrás. Hoy en día la gran inversión que deben hacer los estudiantes en arancel, materiales, pago de crédito universitario o bancario, pago de tratamientos dentales de sus pacientes, no está siendo retribuida como debiera; tomando en cuenta que la carrera de odontología es la más cara de todas. Por ejemplo, la familia de un estudiante de odontología de la Universidad de Talca (Universidad Estatal), que se tituló el año 2011, debía desembolsar aproximadamente 27 millones de pesos en el transcurso de su carrera; sin considerar los constantes gastos en arriendo habitacional, alimentación, movilización, material de estudio, pago de tratamiento de sus pacientes, entre otros. Aquéllos que solicitaron crédito deberán pagar mucho más que eso, y los que estudiaron con crédito en una Universidad privada no tradicional, mucho más aún. Los estudiantes que obtuvieron el Crédito Con Aval del Estado, al final tendrán que desembolsar el doble de lo que solicitaron.
Si bien actualmente existe una sobreoferta de odontólogos, cabe preguntarse si ello trajo consigo un mejor estado de salud oral de la población. La respuesta es un no rotundo. Los últimos estudios nacionales señalan un alto porcentaje de población afectada por caries, sin cambios en relación a mediciones anteriores, lo que refleja una inmensa brecha en políticas públicas respecto a salud oral
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Sistema público y privado

Considerando que el 76,5% de la población del país se atiende en el sistema público de salud (FONASA 2014), cabe mencionar que si usted no tiene una edad igual a dos, cuatro, seis, 12, 60 años o no está embarazada, entonces es muy poco probable que tenga acceso a un tratamiento odontológico integral. Y tomando en cuenta que existe un gran déficit de dentistas en el sistema público, la sobrecarga asistencial dificulta que el tratamiento sea realmente integral, acortando los tiempos de atención para cumplir con la alta demanda, lo que obviamente repercute en la calidad del servicio prestado. Por ejemplo, es común que en los servicios de urgencia odontológica públicos se otorgue una atención denigrante a los pacientes, donde el primero debe abandonar el box dental luego de la técnica anestésica, esperando que ésta tenga efecto, en general el efecto demora entre tres y cinco minutos, haciendo pasar al siguiente paciente para repetir la misma rutina con nueve personas más. La carga asistencial es tal, que los dentistas “no pueden darse el lujo” de esperar tres a cinco minutos para que la anestesia tenga efecto. De hecho, la anécdota popular entre los pacientes es que cuando se atiende a la última persona, el efecto de la anestesia ya se terminó, debiendo soportar el dolor. Esta situación es asumida como normal dentro de nuestro sistema de salud público, que paradojalmente declara estar centrado en el paciente y en una atención de calidad.
Por otro lado, el abuso del concepto de “rendimiento” ha dado origen a que las prestaciones realizadas por los dentistas tengan que estar obligadamente centradas en “actividades recuperativas” cuando son atendidos pacientes que no pertenecen al programa (edades distintas a dos, cuatro, seis, 12, 60 años o no estar embarazada); es decir que se obliga a los dentistas a centrar sus prestaciones en obturaciones (tapaduras) y extracciones dentarias porque en base a ellas se mide su rendimiento. Por lo tanto el sistema primario de atención de salud pública asume que no es bueno que el dentista se tome el tiempo en enseñarle a usted cómo lavarse bien los dientes, realizarle una profilaxis (limpieza), aconsejarle respecto al consumo de tabaco y dieta o responder sus dudas, etc. Solamente es bueno tapar o extraer dientes; actividades que sólo limitan el daño y no le enseñan a usted cómo prevenirlo.
Dependiendo de la magnitud del daño, académica y éticamente puede llegar a ser una aberración que el dentista le realice una obturación en 20 minutos o menos, o dos extracciones dentarias en el mismo tiempo. Y éticamente sí es una aberración que el dentista no eduque, no prevenga y no responda a las dudas de sus usuarios. Paradojalmente -también-, el sistema de salud declara como política fundamental la promoción y prevención de la salud.
Actualmente en el sistema público de salud trabajan aproximadamente 4.200 dentistas – muchos de ellos con contratos a plazo fijo o a honorarios y sin estabilidad laboral – para dar cobertura al 76,5% de la población (aprox. 13,4 millones de personas). Sin embargo, para cumplir con la recomendación de la OMS, se requiere contratar a más de 2.800 dentistas, lo que arroja un déficit de un 40% de odontólogos en el sector público. Por su parte, el sector privado cuenta con una sobreoferta de dentistas cercana a 1.000% (sí, el 1.000%), para atender sólo al 17,5% de la población, equivalente a 3,2 millones de beneficiados.
En Chile y el mundo en general, la salud bucal es un índice objetivo que se relaciona con la desigualdadHoy, la prevalencia de patologías bucales como la caries y enfermedades periodontales es superior al 90% en los estratos sociales más vulnerables, la cual se ha mantenido sin variación en el tiempo, permaneciendo como un problema latente. El gradiente social tiene una influencia directa, pues en muchas comunidades el 80% de la caries dental se concentra en el 20% de la población, que es la de menores ingresos.
Sin duda los grupos etarios y las embarazadas que hoy tienen atención integral en el sistema público – particularmente en la Atención Primaria de Salud (APS) – sugieren un avance, sin embargo las deficientes condiciones de atención y la falta de odontólogos en esta área ha impedido que se logre cambiar los índices de enfermedades orales más prevalentes, lo que claramente es muestra del injusto trato que sufren los deciles socioeconómicos más bajos, en donde se concentran los problemas del área bucal, y que trae consigo problemas de discriminación laboral y psicológicos, consecuencia de la baja inversión del Estado en cobertura y en implementación de políticas efectivas de prevención y promoción.
La inclusión a FONASA libre elección de prestaciones odontológicas a adolescentes de 12 a 18 años (a través del sistema PAD con copago por parte del usuario) podría ser considerado como un triunfo, sin embargo la brutal desregulación que existe actualmente en el mercado de la salud y las pobres condiciones laborales del área privada, permite que esta política en la práctica sólo implique grandes traspasos monetarios desde el Estado a los grandes megaprestadores privados, sin una política pública detrás que busque una verdadera mejoría en los índices de caries en la población. Más bien, lo que hace el PAD dental es entregarle al sector privado un nuevo nicho de negocio con recursos fiscales frescos, reemplazando a través de subsidios aquello que el sector público de salud no es capaz de cubrir, precisamente por falta de recursos. Uno esperaría que políticas de subsidio de este tipo se implementen una vez que existiera un piso mínimo de cobertura dental en APS que actualmente no existe, pues a pesar de la existencia del PAD Dental de FONASA, los niveles socioeconómicos más vulnerables siguen sin tener acceso a tratamiento dental. Según datos entregados por el Colegio de Cirujanos Dentistas, actualmente en nuestro país el 70% de la población no tiene acceso a tratamiento odontológico, y en zonas aisladas de nuestro país el porcentaje es mucho mayor. Por ejemplo, en la Isla de Melinka (Región de Aysén, con más de 1.800 habitantes), cerca del 96% de la población no tiene acceso a tratamiento dental integral.
Respecto a los anuncios presidenciales del 21 de mayo, la Presidenta Bachelet anunció que al final de su gobierno habrán sido atendidas 400 mil personas, a través del programa “Más Sonrisas para Chile”, que priorizará la recuperación integral de la salud oral de mujeres jefas de hogar o aquéllas que buscan trabajo. Lo cual es insuficiente si consideramos que más de nueve millones de chilenos no tienen acceso a tratamiento odontológico. Sin embargo, señaló que mejorará el acceso a tratamiento dental de los adultos, sin señalar números, y que su implementación será a través del Sistema de Atención Primaria, lo cual aportaría en reducir la actual brecha de acceso existente en el sistema público de salud. No obstante, mejorar el acceso requiere de medidas mucho más complejas y costosas que la atención de más personas.
Además señaló que se llevará a cabo un programa de prevención dental a todos los niños de dos a cinco años de edad que pertenecen a los jardines infantiles JUNJI e INTEGRA, de escuelas municipales y particulares subvencionados. Este programa ya existe hace aproximadamente dos años (GES preventivo), por lo tanto aunque no es un anuncio novedoso, es esperable que pudiera ampliarse y mejorarse, pues actualmente la prevención y promoción consiste en la aplicación de flúor y/o entrega de cepillos y pastas dentales dos veces al año a esos niños (la prevención de la caries no es sinónimo de aplicación de flúor o regalar cepillos y pastas dentales).

Precarización laboral

Hoy no existe una mejoría en la salud oral de la población respecto a décadas anteriores, más bien esta sobreoferta ha derivado en que el negocio de la salud oral haya crecido exponencialmente, sin que por ello mejorara el acceso por parte de la población más necesitada. Con un creciente número de dentistas en Chile -los cuales no son absorbidos por el sistema público de salud- los únicos beneficiados han sido las grandes clínicas odontológicas (megaprestadores), las cuales explotan a los odontólogos con condiciones laborales deplorables y con grandes ganancias para ellos, obligándolos a rendir económicamente para la “empresa”, con la consiguiente indicación de tratamientos que buscan más una ganancia monetaria que el beneficio del paciente, con el evidente costo sanitario para la población y consecuente desprestigio de la profesión (hace algunos años el reportaje “Dentistas a prueba” del programa Aquí en Vivo generó bastante revuelo por este punto). Esta situación no es muy distinta al panorama laboral que vive nuestro país a niveles generales; con subcontratación y precarización laboral, disminuyendo la calidad de los empleos a favor de las ganancias de los dueños.
En el sistema privado la estabilidad laboral es nula; se trabaja a porcentaje por tratamiento realizado, llegando en muchas ocasiones a menos del 30% para el profesional, en donde incluso es éste el que debe aportar con el material odontológico (Si el lector supiera lo costosos que son los buenos materiales dentales), priorizando el volumen de acciones odontológicas por sobre la calidad y la ética en la atención. Así el dentista queda totalmente desprovisto de un contrato, de previsión y protección en el trabajo, obligado en muchas ocasiones a realizar tratamientos reñidos con la ética sobre la necesidad de obtener recursos para cubrir la inmensa deuda que la mayoría contrae durante la época de formación universitaria.
Con respecto a la polémica que generó los altos sueldos de los parlamentarios, uno de los argumentos a favor de no disminuirlos fue que, para poder realizar una labor libre y adecuada, nuestros parlamentarios requerían de un sueldo adecuado. Saque usted sus propias conclusiones de lo catastrófico que sería para nuestro país entregar la conducción política a parlamentarios que no perciben un sueldo adecuado. Ahora imagínese lo terrible que sería entregar una responsabilidad tan grande y compleja, como es entregar salud, a profesionales que no reciben un sueldo adecuado y carecen de seguridad laboral (claro está que el sueldo de un odontólogo es mucho menor al de un parlamentario). Pues eso está ocurriendo actualmente con los dentistas de nuestro país.

Propuestas:

Claramente, y en sintonía con las actuales demandas de los sectores gremiales de la salud, el fortalecimiento del sector público es una necesidad imperiosa a través del acceso universal y un giro efectivo hacia la promoción y prevención. Actualmente la actividad laboral del sector público está en la limitación del daño y no en mejorar las condiciones de salud de la población. El enfoque centrado en el cumplimiento de metas -como si nos refiriéramos a un banco -, y no en su real sentido público que es entregar salud, deriva en análisis estadísticos de indicadores de enfermedad que son diseñados con una finalidad de propaganda política de gestión, más que en una real proyección sanitaria a largo plazo. ¿Cuál es el impacto que tiene el sistema de salud si cada año recibe más enfermos? Más detalladamente, ¿cuál es el impacto que tiene en la población la atención odontológica del sector público si cada año recibe pacientes con el mismo o mayor nivel de daño bucal? ¿La cantidad de prestaciones es un signo de eficiencia de un sistema de salud?
Es necesario coordinar el sistema de salud con las instituciones de Educación Superior, pues lo que académicamente se enseña es contradictorio respecto a lo que muchas veces los dentistas están obligados a realizar. Para esto, la primera medida es solucionar el déficit de dentistas en el Sector Primario de Atención de Salud.
En cuanto a la regulación de la oferta educacional, se debe discutir la instauración de numerus clausus, que fije el número de profesionales que son necesarios para cubrir las necesidades de las comunidades y no entregarle las competencias al mercado, el cual ha dado origen a toda esta problemática. Como país, ya son 33 años de desregulación, siendo necesario discutir sus consecuencias, abordar sus falencias y revertir los daños que ha generado a sectores tan estratégicos como lo es salud.
Es fundamental la instauración de la acreditación obligatoria de todos los programas de odontología de nuestro país, que  asegurare un piso mínimo de calidad en la formación de nuestros dentistas. Obviamente con parámetros claros y estrictos, y no bajo bajo una institución acreditadora sin credibilidad, como lo es la CNA (Ampliamente cuestionada posterior al caso del Ex presidente Díaz). Luego de exigirle a las instituciones que cumplan con estándares mínimos de calidad, entonces se puede requerir niveles mínimos de competencias a los egresados a través de un Examen Único Nacional de Odontología, cuya aprobación sería requisito indispensable para ejercer la profesión en nuestro país, tanto en el sector  público como privado.
En problemas de salud es muy difícil considerar a un usuario como mero consumidor, el cual tiene el poder de elegir un cierto servicio en base a la comparación de calidad y precio. La salud es multidimensional y posee componentes que escapan de la decisión personal y consciente de una persona. Reducir la salud a una elección de un determinado prestador –como si se tratara de la compra de zapatos- y minimizar su regulación a esa simple elección significa que tenemos políticas públicas que contradicen toda evidencia internacional al respecto y a las orientaciones entregadas por la Organización Mundial de la Salud. Es requerimiento una exhaustiva regulación de los prestadores privados de salud que refleje una intención verdadera de las políticas públicas hacia una atención de calidad. Aquellas normas aplicables a ellos también debieran ser aplicadas al sector público.
Los colegios profesionales deberán jugar un rol fundamental en lo que a salud pública se refiere. Devolver a los colegios profesionales la tuición ética y colegiatura obligatoria, sin duda ayudará a revertir esta triste realidad de la salud pública y la odontología en Chile. La recuperación de su estatus como actores políticos (y no meras instituciones gremiales) para crear sinergia con los diferentes actores sociales involucrados, se convertirá en un pilar indispensable del sector salud y con un objetivo claro; entregar en conjunto con la sociedad un sistema de salud que otorgue vida digna a todos y todas quienes habitan nuestro país.
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(1)Elacqua G. (2011). Breve historia de las reformas educacionales en Chile (1813-presente): Cobertura, Condiciones, Calidad y Equidad. Instituto de políticas públicas. Universidad Diego Portales.
(2)Biblioteca del Congreso Nacional de Chile (2011). Guía legal sobre: Acreditación de la educación superior.
(3)Asociación de Estudiantes de Odontología (2014). Número de estudiantes de odontología en Chile.
(4) Cousiño S. (2013). ¿Cuántos somos actualmente los dentistas en Chile?La burbuja odontológica. Revista digital Contraangulo. Colegio de Cirujano Dentista.
(5) Monsalves M., La odontología que vivimos y no queremos: una crítica al escenario actual, Rev Chil Salud Pública 2012; Vol 16 (2): 241-246.
(6) Instituto Nacional de Estadística (2012). Síntesis de resultados. Gobierno de Chile. (Datos actualmente no disponibles de la página www.ine.cl).
(7) Cartes R. Crecimiento del RRHH odontológico: Causas, proyecciones e implicancias.
El siguiente texto es de Autoría de Dr. Patricio Palavecino González y ha sido publicado en elquintopoder.cl …

"A pesar que toda la sociedad está pagando este enorme costo, aquí el que gana, ciertamente, es el sector financiero.

Joseph Stiglitz: "Chile tendría que estar sumamente preocupado" por su sistema de pensiones

 

El premio Nóbel de Economía 2001, propuso alejarse de este sistema de pensiones y contar con uno público.

Por Romina Jara Oliva, Diario Financiero Online



Joseph Stiglitz advirtió hoy que Chile debería preocuparse por el actual sistema de pensiones.  El premio nobel de Economía de 2001 dijo en ese sentido que éste genera poca cobertura, mala seguridad en la jubilación y valores mínimos de pensiones.

"Chile tendría que estar sumamente preocupado, porque es uno de los países de la OCDE que tiene mayor cantidad de inequidad", dijo el economista al participar vía videoconferencia en el seminario "Sistema de Pensiones: experiencias y tendencias internacionales". 

"A pesar que toda la sociedad está pagando este enorme costo, aquí el que gana, ciertamente, es el sector financiero. Esto simplemente ha realzado el ingreso al sistema financiero en ese país y esto es un juego con una suma negativa. Esto es una enorme pérdida para la sociedad. Es muy importante alejarse del segundo pilar que se refiere al sistema privado", agregó. En esa línea, propuso alejarse de este sistema de pensiones y contar con uno público.

Stiglitz ejemplificó que en el mundo hay 23 países que privatizaron sus sistemas de pensiones, pero siete de ellos ya revirtieron su decisión y muchos lo están reconsiderando.

"Esto me lleva a mi recomendación de políticas: lo que necesitan (en Chile) es un primer pilar más fuerte. Es más necesario para evitar pobreza en la vejez y asegurar un nivel mínimo de seguridad. Se debería crear un segundo pilar público, que debe tener un componente de redistribución importante y debe haber un elemento de suavidad intergeneracional que evite la relativa pobreza en la vejez", sostuvo.

"Estos sistemas de pensión públicos tienen bajos costos de transacción y muy buen servicio al cliente", dijo en relación a experiencias como la de los Países Bajos y Noruega.

Además, el economista también presentó el caso de Canadá, donde crearon un fondo gubernamental que tiene independencia, altos retornos, baja volatilidad y costos de transacción e incluso es inmune a la influencia política. "Esto es posible lograrlo", indicó.