Presidente
PATRICIO AYLWIN AZOCAR
Dr.
Sergio Cousiño M.
Consejero
Nacional CCDCH
Estos días hemos escuchado alabanzas
a Patricio Aylwin y también duras críticas de algunos sectores,
todas las personas tienen luces y sombras en su vida, el ex
presidente también. Algunas de las críticas que he escuchado pueden
tener fundamento, sin embargo otras ninguno. Por esta razón me animé
a escribir estas líneas de la relación que tuve con él durante mas
de treinta años.
Conocí a Don Patricio Aylwin a
principios de los años 80, mucho antes de ser Presidente de Chile,
en ese entonces ni siquiera tenía la menor intención de llegar a
serlo. Estoy convencido que Don Patricio nunca tuvo esa aspiración,
más le habría gustado ser Rector de la Universidad de Chile que ser
Presidente de Chile. Tal vez por esta razón, fue muy cercano a
varios de quienes éramos Presidentes de Centros de Estudiantes de la
Universidad de Chile en esa época y nos brindó su apoyo en la
refundación de la Fech.
La fundación de
la Universidad de Chile en 1842 es,
sin duda alguna, uno de los hitos más significativos de la
naciente República.
Pocas
instituciones de carácter público han
sido tan decisivas para la definición de la identidad de una nación,
como la Universidad
de Chile respecto
de nuestro país. Representa en sí uno de los más claros actos de
autodeterminación, al situar en el saber y la enseñanza pública el
eje articulador del país que comienza a construirse. Don Patricio lo
sabía, y de alguna manera nos lo transmitió a nosotros, dejándonos
clara la responsabilidad que teníamos. La dictadura del general
Pinochet había hecho todo lo posible para destruirla, la veía como
una amenaza.
Recuerdo muy
bien una reunión a la que lo invitamos en la casa de uno de los
dirigentes estudiantiles de esa época, (muy cerca de su casa en
Arturo Medina), fue un sábado en la tarde, llegó con el ex Rector
Edgardo Boeninger,
conversamos hasta cerca de la 18 horas. Boeninger y Don Patricio nos
hablaron de los aciertos y los errores que había cometido la antigua
Fech, aconsejándonos para que no los volviéramos a cometer
nosotros. La reunión terminó en un torneo de ping pong, donde el ex
rector mostró sus dotes, costo mucho derrotarlo y sacarlo de la
mesa, a pesar de ser mucho mayor que nosotros, nos derrotó
prácticamente a todos.
Durante
los años 80 compartí con bastante regularidad con Don Patricio,
vivíamos relativamente cerca y trabajábamos bastante cerca también.
Cuando salía de mi primera consulta en el centro de Santiago, muchas
veces me encontré con él, como vivíamos cerca se ofrecía para
encaminarme a mi casa, en ese tiempo yo no tenía auto, andaba en
micro. En esos viajes manteníamos largas conversaciones sobre
distintos temas de la vida nacional, siempre me parecía interesante
escucharlo y aprender de su experiencia, hablaba tanto de sus
aciertos, como asumía también sus errores históricos.
Cuando
fue electo Presidente de Chile, después de la negociación para la
transición, negociación que ninguno de los que verdaderamente
tenían aspiraciones presidenciales quiso llevar, ya que pensaban que
quien las llevara “saldría quemado” y transformado en un “fósil
político”. Don Patricio asumió esta misión y para mala suerte de
los otros, no salio quemado, al contrario salió potenciado y terminó
siendo electo Presidente de Chile.
Siendo
Presidente lo vi un par de veces, una de ellas fue por atención
profesional, el se atendía desde toda la vida con su sobrino, el Dr.
Domingo Godoy Aylwin, quien me solicitó lo asistiera en esa ocasión.
La seguridad presidencial había tomado posesión de la consulta de
Domingo el día anterior, ambos para poder ingresar tuvimos que
mostrar nuestros carnets. Don Patricio se disculpaba reiteradamente
con Domingo durante la atención, “mira los problemas que te estoy
ocasionando” decía.
A
la Sra. Leonor Oyarzún siendo Primera Dama, me la encontraba
frecuentemente en el jumbo de Bilbao, haciendo sus compras como
cualquier dueña de casa, lo único que llamaba la atención era un
guardaespaldas que la seguía, lo que a ella le molestaba mucho, creo
que nunca le agradó ser Primera Dama, lo asumía sólo por apoyar a
su marido,
Cuando
Don Patricio dejó de ser Presidente, volvió a ser mas visible, al
menos para mí, me encontré con él en diversas situaciones, la
última vez debe haber sido hace seis meses, algunas veces estuvimos
de acuerdo, otras no tanto.
Estos
días se ha hablado mucho de “el legado de Patricio Aylwin”, sin
duda hay distintas visiones respecto a sus actuaciones políticas
históricas, sin embargo nadie puede cuestionar que en los Don Patricio
siempre entendió los cargos públicos para servir y no para servirse
de ellos,tiempos actuales creo que ese es su gran legado. Un
hombre de clase media profesional, austero y sencillo, siempre amable
con todo el mundo, estuvieran de acuerdo con él o no. En mi modesta
opinión, ese ejemplo necesitan seguir no sólo los políticos
chilenos, sino todos quienes están en cargos de representación,
servir el bien público y no poner sus intereses personales por
delante.
No hay comentarios:
Publicar un comentario