lunes, 11 de abril de 2016

Es la obligación moral que tenemos quienes somos dirigentes del Colegio, debemos ser “profetas de esperanzas para la profesión”, pero sólo lograremos hacerlo en la medida que contemos con el compromiso y el apoyo de los colegas, de lo contrario no lograremos nada.

Entrevista al  Dr. Sergio Cousiño Mútis.
¡HAY QUE HACER ALGO!




El Dr. Sergio Cousiño Mútis tiene una amplia trayectoria gremial que comenzó a fines del año 1983 cuando fue elegido democráticamente como presidente del Centro de Estudiantes de Odontología (CEO) en la Universidad de Chile (primero elegido democráticamente por los estudiantes en plena dictadura). Formó así parte del Consejo de Presidentes que refundaron la FECH a fines de 1984. El año 2011 fue electo de manera unánime Presidente del Capítulo de Ejercicio Liberal recién creado y el año 2013 fue elegido como Consejero Nacional de la orden, con la primera mayoría en la Región Metropolitana y la segunda mayoría a nivel nacional. En su adolescencia tuvo cercano al Cardenal Raúl Silva Henríquez, quien señala marcó su vida, lo hizo rebelde, luchador incansable contra la injusticia, defensor de la democracia y los valores humanistas cristianos.

Su ejercicio laboral comenzó al día siguiente de rendir su examen de grado haciendo un reemplazo en el Servicio Dental del Hogar de Cristo, un reemplazo que debía haber durado tres meses y  se extendió por mas de ocho años, que recuerda como los años que tuvo sus mayores satisfacciones profesionales, “no gané dinero, pero tuve el reconocimiento y agradecimiento de los pobres entre los pobres y eso vale mucho más que el dinero” señala.

Actualmente ejerce exclusivamente en el área privada, casado hace 28 años con una Psicóloga, padre de cuatro hijos, un varón y tres mujeres – trillizas -, dos de ellas estudiantes de odontología, fanático de la música y la pintura, admirador de Steve Jobs, a quien define como “el genio visionario más importante del siglo XX”. El Dr. Cousiño está siempre bien informado, a través de sus correos nos mantiene informados a todos.

Próximo a completar cuatro años como Consejero Nacional del Colegio de Cirujano Dentistas y formando parte del Directorio de la Federación de Colegios Profesionales Universitarios de Chile, quisimos entrevistarlo para que nos hiciera un balance de estos cuatro años, lo bueno, lo malo, sus satisfacciones y sus frustraciones en este cargo.

¿Cómo ve el rol de los Colegios Profesionales en el Chile de hoy?
La situación no es fácil, los Colegios Profesionales no hemos sido capaces de recuperar nuestro rol  de Corporaciones de Derecho Público – como tienen los Colegios Profesionales en la mayor parte de los países del mundo - la reforma constitucional del año 2005 nos devolvió este rol, junto con la tuición de la ética, pero la Ley del año 2009 enviada por la Presidenta Bachelet que lleva esto a la práctica, aún sigue durmiendo en el parlamento sin ningún avance. Esta Ley no representa lo que los Colegios anhelamos, pero es un pequeño avance comparado con la realidad en que nos dejó la dictadura.

¿Por qué les parece insuficiente esta Ley?
Esta Ley devuelve la tuición ética a los Colegios Profesionales, pero no reestablece la colegiatura obligatoria, de manera que se crean tribunales de ética distintos para colegiados y no colegiados, estos últimos serían juzgados por tribunales especiales creados por la Corte Suprema, cuestión que la misma corte no tiene interés en realizar. El Ministro Sergio Muñoz nos señaló que, - los Tribunales de Justicia juzgan delitos y no faltas a la ética - , a su juicio no les corresponde a ellos hacerlo, para eso están los Colegios Profesionales. Si se crearan tribunales de ética únicos para colegiados y no colegiados dependientes de los Colegios Profesionales, pero no se reestablece la colegiatura obligatoria y tampoco el Estado entrega recursos a los Colegios para hacerlos funcionar, la inmensa mayoría de los Colegios Profesionales no estaría en condiciones de cumplir esta función.

¿En que topamos para la colegiatura obligatoria?
En lo mismo en que topamos para la mayoría de las reformas que Chile necesita, la Constitución Política de 1980. Esta establece la “libre asociación”, por lo que se impide reestablecer la colegiatura obligatoria sin reformar primero la Constitución, de manera que la Ley que se envío el 2009 al parlamento es una especie de “engendro raro”, donde por un lado se pretende reestablecer ciertas condiciones a los Colegios Profesionales – que existen en la inmensa mayoría de los países de mundo - y por otro lado respetar la Constitución de 1980 que establece la libre asociación, cuestión que resulta imposible conjugar.

Hay muchos colegas que piensan que es injusto se les obligue a colegiarse ¿qué les diría a ellos?
Primero que esa postura refleja un total desconocimiento de la esencia de los Colegios Profesionales. Los Colegios Profesionales nacieron en la Antigua Roma, se perfeccionaron en la Edad Media y en Chile nacieron a principios del siglo XX, fueron creados por Ley como Corporaciones de Derecho Público. El Estado delega funciones en los Colegios - de ahí su carácter de Corporaciones de Derecho Público -, para cumplirlas requiere que todos los profesionales de una determinada profesión, formen parte de la corporación, de lo contrario, nos encontramos con los llamados “desertores de la ética”, que al momento de ser requeridos por los tribunales de ética de algún colegio, simplemente renuncian a él – hace poco un ex Ministro estuvo en esta situación y simplemente renunció - esto es ridículo, ya que deja a los Colegios sin poder ejercer efectivamente la tuición ética. Otro ejemplo, son los profesionales involucrados en las colusiones de empresas, si existiera la colegiatura obligatoria, los Colegios Profesionales podrían juzgarlos y sancionarlos, incluso con la prohibición de ejercer su profesión de por vida, hoy los mandan a un curso de ética y ni siquiera tienen sanciones penales, la colusión no está tipificada en Chile como delito, es increíble. La misma Comisión Engel en tres partes de su informe se refiere a los Colegios Profesionales y señala la urgencia de devolverles su rol y la colegiatura obligatoria, se trata de un bien público ya que va en beneficio de toda la sociedad.



¿Cuál es la posición de la Federación de Colegios Profesionales sobre la reforma de la Constitución?
La inmensa mayoría está por la reforma constitucional, al menos no conozco de algún Colegio que no esté de acuerdo, no se ha discutido oficialmente el mecanismo para hacerlo pero existe coincidencia en la necesidad de reformarla o hacer una nueva constitución, de otra manera los cambios necesarios para los Colegios Profesionales no son viables. Una de las tareas que se ha puesto la Federación para el 2016 es discutir este tema, realizar un seminario similar al que se hizo con la reforma educacional, con expertos en el tema y tomar una posición oficial como Federación al respecto.  Lamentablemente una vez más las autoridades del Gobierno no consideraron a los Colegios Profesionales en el comité asesor consultivo de la Presidencia, parece que para ellos los profesionales no tenemos nada que aportar o simplemente nuestra opinión no les interesa. Enviamos una carta al presidente  de esta comisión, el abogado constitucionalista Patricio Zapata, señalando que los Colegios profesionales queremos tomar parte en el proceso, aún no tenemos respuesta. Algo parecido ocurre con la reforma educacional, tuvimos que ir a “patear la puerta” al Mineduc para ser recibidos en las mesas de trabajo y nuestras opiniones y aportes no han sido consideradas  en lo fundamental.

¿Cuáles son los temas que no han sido considerados en la reforma educacional?
Primero hay que definir las bases conceptuales en la reforma, ¿la educación es un bien público o un bien de consumo? Fue lo primero que consultamos a las autoridades en las mesas de trabajo, nos dijeron que para el Gobierno era un bien público, para nosotros también, hasta ahí iba todo bien. Pero cuando señalamos las implicancias de esto, que “los bienes públicos los regula el Estado en calidad y cantidad, el mercado no tiene nada que hacer en la regulación de los bienes públicos”, esto sin importar que el servicio lo suministre el Estado o un privado, la regulación la tiene siempre el Estado. La regulación de la matrícula pareciera no gustó al Mineduc, lo increíble de esto, es que las cifras de mala inserción laboral de los jóvenes profesionales son cifras oficiales de organismos públicos, por tanto las conocen, pero parece prefieren ignorarlas. Por otro lado, paradigma de la reforma educacional es que “las universidades hacen docencia, investigación y extensión”, lo cual no es nuevo ni novedoso, estaba explícito en la reforma educacional del año 1968 impulsada por el Presidente Eduardo Frei Montalva, que por lo demás, es el mismo paradigma que tienen la inmensa mayoría de las universidades en el resto del mundo. Este paradigma lo cumplen a lo más 17 de las 57 universidades existentes en Chile, por lo tanto, las otras 40 deberían ser transformadas en Institutos Profesionales o simplemente ser cerradas. La otra opción sería modificar el paradigma y reconocer la existencia de universidades docentes y de universidades  de investigación, ante lo cual los asesores del Mineduc simplemente “miraron para el techo” sin responder nada. En Abril de 2014 se solicitó una audiencia al Ministro de ese entonces Jaime Eyzaguirre, nunca nos la dio, ni siquiera se tomo la molestia de contestarnos, finalmente a través de la Ministra Ximena Rincón (SERPRES en ese entonces) logramos que nos recibiera Francisco Javier Martínez (Jefe de Educación Superior del Mineduc), quien nos señaló “no los habíamos considerado a ustedes por tener conflicto de intereses”, le rebatimos señalando que los que verdaderamente tienen conflictos de intereses son los que tiene actualmente el Mineduc participando en las mesas de trabajo, nos pidió disculpas y dijo que nos invitaría a las mesas de trabajo, pero siento que lo hizo sólo por cumplir, sin que hubiera un real interés en que participáramos.


¿Porqué las autoridades no recogen los planteamientos de la Federación de Colegios Profesionales?
La educación en Chile es un negocio millonario e indecente, “es mejor negocio que la cocaína” como dijo el Dr. Patricio Basso, con rentabilidades que incluso superan UF + 40% anual, estas utilidades se consiguen engañando y estafando a los jóvenes y sus familias, lo peor, se hace con el aval del Estado. Los conflictos de intereses son enormes y transversales, desde la UDI hasta los Comunistas y todo el espectro político entre medio, desde los Católicos hasta los Masones, entre medio el Opus Dei, Legionarios de Cristo, Adventistas, etc., todos están metidos en el negocio, tienen universidades y manejan millonarios recursos,- US$6.000 millones al año - con ellos hacen presión a todo nivel, manejan la prensa para desinformar a la población, incluso algunos de ellos han financiado directamente campañas políticas. Los profesionales no tenemos conflictos de intereses, pero tampoco manejamos recursos para presionar a nadie, sólo tenemos una vocación e interés por el bien público, pero pareciera que esto está pasado de moda en estos tiempos, el bien público a nadie le interesa hoy en día. Hemos insistido en dos oportunidades con la Ministra Adriana Del Piano, primero le entregamos el análisis y decálogo de la Federación, firmado por todos los Presidentes de los Colegios Profesionales y luego le solicitamos audiencia, ni siquiera se tomó la molestia de contestarnos ni acusar recibo del documento. En Enero de este año volvimos a insistir utilizando la Ley de Lobby, nos contestó que no era posible recibirnos. Siento que no hay interés de parte del Gobierno de escuchar a los Colegios Profesionales.

¿Cómo ve en todo esto al Colegio de Dentistas?
Lo veo muy a la deriva, no existe un plan estratégico para el Colegio. El Dr., Raúl Franco - llegamos juntos al Honorable Consejo Nacional -  lo señaló desde el primer día, “hay que realizar un plan estratégico para el Colegio”, pocos lo escucharon, peor aún, muchos lo criticaron, incluso se rieron y dijeron que era innecesario. ¡Qué ignorancia! Toda institución, toda empresa sin importar su tamaño, en definitiva toda organización requiere de dos cosas, “la Misión” – que es lo que la organización pretende ser hoy día - y “la Visión” – que es lo que la organización pretende ser en el futuro - lo que une la Misión y la Visión de una organización es el Plan Estratégico, es la hoja de ruta que deberá recorrer la organización para alcanzar su Visión, si no existe, no hay claridad de futuro ni hay forma de alinear toda la organización tras él, por esto digo veo al Colegio a la deriva, improvisando frente a cada circunstancia, sin una ruta clara y conocida por todos los colegas.

El Dr. Jaime Acuña ha señalado la importancia de resaltar el “rol político del Colegio” ¿no es esto suficiente?
El “rol político del Colegio” no es un rol político partidista, el rol político del Colegio es tener una posición oficial frente a temas nacionales, sin un plan estratégico es un planteamiento débil. No hemos discutido estos temas nacionales al interior del Colegio, en el Honorable Consejo Nacional, ni tampoco en las Convenciones Nacionales, de manera que malamente podemos tener un rol político que cumplir. Esto se trata en definitiva definir por ejemplo, nuestra posición sobre qué es bien público y que es bien de consumo, me refiero  por ejemplo ¿la educación es bien público o bien de consumo? Hasta aquí ha funcionado como un bien de consumo, regulado por el mercado, el Estado no ha tenido regulación alguna en este “negocio de la educación”, las consecuencias de esta educación desregulada todos las estamos viviendo ¿cuál es la posición de nuestro Colegio frente a esto? Algunos dirán que esto está claro, todos pensamos que debe ser regulada por el Estado, pero ¿dónde esta escrito? Las cosas deben ponerse por escrito. Otro ejemplo, el gasto total en salud en nuestro país alcanza a US$10.000 millones, se gastan US$4.500 millones en el 14% de la población, mientras que en el otro 86% se gastan US$5.500 millones, esto significa que los beneficiarios del sector privado – Isapres - reciben casi cuatro veces más que los beneficiarios del sector público – Fonasa - ¿cuál es nuestra posición frente a esto? Estamos hablando en definitiva de cual es el país que queremos construir. Estando de acuerdo con Jaime Acuña, el planteamiento queda sólo en una “declaración de buenas intenciones”, mientras no discutamos y tomemos acuerdos previamente sobre estos temas, mientras no conozcamos la opinión de los colegas y mientras no tengamos un Plan Estratégico claro, en estas condiciones es difícil hablar de cumplir un “rol político” como Colegio.


¿Cree factible llegar a consenso sobre estos temas al interior de la profesión?
Creo que estos temas, más que ser temas ideológicos, de creencias religiosas o filosóficas, que sin duda lo son, se trata de temas de sentido común. No creo que ningún dentista esté de acuerdo con que sus colegas estén trabajando como “asistentes dentales”, situación que hoy día se está haciendo algo cada día más frecuente. Colegas jóvenes con deudas de la universidad que superan en muchos casos los 45 millones de pesos, están buscando trabajar en lo que sea para poder pagar. Esto es un fracaso rotundo del modelo económico y social que está instalado en nuestro país, no se necesita tener una visión ideológica o filosófica particular para admitirlo. En la última Convención Nacional se aprobó en forma unánime el rechazo al sistema de las AFP, no tengo dudas que dentro de la Convención había colegas con distintas visiones políticas, ideológicas y filosóficas, sin embargo nadie puede estar de acuerdo con un sistema previsional donde las personas al jubilarse tengan una pensión igual o inferior al 30% de su última remuneración, peor aún, según el informe de la Comisión Bravo a partir del 2025 este monto de jubilación será de sólo el 18% de su última remuneración ya que no tendrán el “bono de reconocimiento” por no tener cotizaciones en el sistema antiguo (INP) que actualmente representa alrededor del 40% de la pensión que reciben las personas. En el caso de las mujeres la situación será peor aún, las AFP están calculando la sobrevida de las mujeres en 92 años, lo que proyectará una pensión del orden del 11% de su último sueldo. Esto es un rotundo fracaso del modelo de pensiones, pienso que el sentido común si puede conseguir que lleguemos a consensos, si no es así, realicemos un plebiscito al interior del colegio sobre estos temas.

Usted fue uno de los colegas que firmó un recurso de protección a favor de recrear el Regional Santiago ¿porqué lo hizo?
En primer lugar, Los colegiados de la Región Metropolitana representan el 56% de los colegas colegiados del país y son los únicos que no tienen Colegio Regional. El aporte económico que hacemos los dentistas de la Región Metropolitana representa el 70% del total de recursos que maneja el Honorable Consejo Nacional y somos los únicos en el país que no tenemos Colegio Regional, somos los únicos dentistas del país que además no tenemos derecho a voz ni voto en las Convenciones Nacionales ¿le parece a usted que esto es un Colegio democrático y representativo? Por supuesto que no. El año 2015 asistieron a una asamblea alrededor de 60 colegas de la Región Metropolitana, entre ellos ex Presidentes del Colegio Nacional, ex Presidentes del Regional Santiago, destacados docentes universitarios con el fin de recrear el Regional Metropolitano, envían una carta a la Directiva del Colegio y los ignoran ¿le parece una actitud democrática? Por favor,  los demás Colegios Profesionales que conozco - que son prácticamente todos - tienen Colegio Regional Santiago menos el Colegio de Cirujano Dentistas, es insólito, la región que reúne a la mayoría de los colegiados del país no tiene derecho a elegir a sus representantes. Por esta razón firmé el recurso de protección y lo haría de nuevo, creo en la democracia y las organizaciones representativas, actualmente nuestro colegio dista mucho de serlo.

¿No cree que algunas regiones se sentirían menoscabadas con un Colegio Regional Metropolitano?
No veo por que podría ocurrir algo así, si alguien creyera eso, querría decir que simplemente no cree en la democracia representativa. El trabajo que realizan muchos colegas al interior del Colegio es enorme, especialmente en regiones, donde pequeños grupos de colegas mantienen vivo al Colegio de Cirujano Dentistas, ellos merecen todo nuestro apoyo, pero eso no significa creer que esto deba ser una “dictadura de las regiones” sobre la mayoría de los colegas del país. El fallo del recurso fue que junto con la modificación de estatutos se crearía el Regional Metropolitano, veamos que pasa, porque hasta aquí no se ha visto la voluntad de hacerlo, ni por parte de la Comisión redactora de los nuevos estatutos - de la cual he formado parte -, ni tampoco por parte de la actual Directiva del Colegio.

Dentro de los opositores al Regional Metropolitano, señalan el tema de los recursos económicos ¿financiarlo no sería un problema?
Creo que hay que separar las cosas, una cosa es la democracia representativa que debe imperar al interior del Colegio y otra distinta es el financiamiento de sus estructuras. Financiar el Regional Metropolitano no tiene por que ser sinónimo de colocar al Colegio Nacional  en una crisis económica, esto es un tema de gestión que hay que realizar al interior del Colegio. Mejorar la gestión del Colegio es una necesidad urgente, en el pasado reciente ha habido sucesos al interior del Colegio que lo demuestran. Hace algunos años se despidió al contador del Colegio, hace poco se despidió al administrador, en ambos casos hubo una falta de control, las funciones pueden delegarse, pero la responsabilidad no se delega, en ambas situaciones los responsables no controlaron eficientemente.

¿Porqué el Honorable Consejo Nacional decidió prohibir el uso de la piscina del Club de Campo de Pirque? Esto tiene indignado a muchos colegas.
Les encuentro toda la razón a los colegas que están indignados con esta situación, pero habría que aclarar que esto no fue decisión del Consejo Nacional, jamás se nos consultó nuestra opinión, simplemente se nos informó la decisión. El Club de Campo de Pirque es el único lugar de esparcimiento para los colegas de la Región Metropolitana, en especial para quienes no tienen donde salir a veranear, el que se haya prohibido su uso, priva a los colegas de disfrutar de ese hermoso lugar. Hace algunos años se realizó ahí un asado familiar organizado por el Capítulo de Ejercicio Liberal, encuentros como ese son muy necesarios para la profesión, somos un gremio muy desunido, esas instancias permiten compartir junto a nuestras familias y con las de otros colegas. Hace más de diez años un grupo de colegas compró esta propiedad para el Colegio, fue una muy buena inversión que ha multiplicado su valor enormemente y es una mina de oro que el Colegio está desaprovechando, bien gestionado podría generar recursos que permitiría al Colegio hacer inversiones en regiones y formar un Club Odontológico a nivel nacional con otros lugares  de esparcimiento, como cabañas de veraneo en la costa, el norte o sur del país, pero volvemos al mismo problema, falta realizar una gestión más eficiente del Colegio.

Hace cinco años atrás Ud. puso el tema de la sobreoferta de Dentistas en Chile ¿Ha cambiado en algo la situación?
Lamentablemente no, al contario, ha empeorado. Actualmente tenemos alrededor de  21.000 dentistas en el país, esto representa una sobreoferta de un 138% de colegas respecto a los realmente requeridos, En el mediano plazo (menos de cinco años) la sobreoferta será cercana al 260%. La encuesta nacional del INJUV 2010 señalaba que la inserción laboral de los profesionales jóvenes era de un 32% promedio en la carrera estudiada. Si tomamos en cuenta que las titulaciones han aumentado en más de un 50% durante los últimos cinco años (SIES Mineduc), la proyección que tenemos en la Federación de Colegios Profesionales es que  para el año 2020 la inserción laboral será en promedio inferior al 21%. Considerando que las matrículas universitarias entre el año 1990 y el 2015 crecieron casi siete veces y la matrícula de odontología ha aumentado casi 12 veces en el mismo período, el panorama claramente no es optimista para nadie, menos aún para los dentistas. La población chilena en el mismo período ha crecido sólo un 26%. Si actualmente ya existen colegas solicitando empleo como asistentes dentales, ¿qué podemos esperar cuando la sobreoferta casi se duplique? Lamentablemente muchos colegas no le han tomado el peso a esta situación y creo que en el Colegio tampoco.


¿No es esa no es una visión muy pesimista del problema?
Veamos por ejemplo, si sabemos que fulano tiene 40 años, alguien podría decir que representa menos edad, otro podría decir que parece mayor, ambas opiniones son absolutamente subjetivas, lo objetivo es que fulano tiene 40 años. Si algo saqué en limpio de mi pasada por la Facultad de Economía en la Universidad de Chile, es que las cosas son o no son cuando se cuantifican y se miden con números, eso es lo verdadero, las demás son opiniones absolutamente subjetivas. Otra cosa distinta es que lo que me dicen los números me guste o no me guste, por lo que en esto no caben opiniones optimistas ni pesimistas, mi opinión es simplemente realista, los números no dan. Si en Chile se requieren 8.800 dentistas en relación a su población y tenemos actualmente 21.000 y en cuatro años más llegarán a ser 32.000, contra eso no hay nada que decir ni que opinar, simplemente es la realidad, aunque no me guste. Hace un año atrás un colega me dijo con mucha seguridad “eso hoy cambió”, refiriéndose a la recomendación de la OMS de un dentista cada 2.000 habitantes. Como yo no soy experto en salud pública,  consulte con colegas que tienen Magíster en Salud Pública, me dijeron que eso no ha cambiado y peor aún, me aclararon que si cambiara, cambiaría a menos nunca a más. Eso es realismo, no pesimismo.

Otro tema que fue su bandera de lucha la “autorización sanitaria”  ¿ha habido solución a este problema?
El año 2011 junto con la Dra. Eugenia Valle participé en mesas de trabajo en el Minsal sobre este tema. Una de nuestras quejas era la arbitrariedad que existía en la fiscalización por parte de la SEREMI, ya que un fiscalizador exigía cosas distintas a las que exigía otro, es decir una determinada situación pasaba en un caso y no en otro. Nuestra propuesta de solución al problema, era la creación de un checklist, donde cada fiscalizador tuviera claro lo que debía exigir, al mismo tiempo que cada dentista tuviera claro lo que se le iba a exigir y de esta forma se unificara el criterio en las fiscalizaciones para todos por igual. Lamentablemente han pasado cinco años y ese checklist aún no existe, por lo tanto seguimos en la misma situación. Las consultas dentales son en su inmensa mayoría microempresas o pequeñas empresas, sin embargo, se les exigen condiciones que ni siquiera se exigen a las clínicas dentales en los países desarrollados y que sólo los megaprestadores pueden cumplir. Los flujos de ingresos en las consultas dentales privadas hace años van a la baja, lo mismo ocurre con las utilidades, sin embargo las multas que se nos cursan – 10 o 20 UTM – son absolutamente desproporcionadas a la realidad que vive la odontología hoy día, en muchos casos pueden llevar a una clínica a la quiebra. El propio Ministro Mañalich hace un par de años atrás, reconoció en un programa de televisión que las exigencias que se les hacían a las clínicas dentales privadas no se cumplían en los recintos públicos, por lo que había una inequidad en esta situación. En mi opinión, esto no sólo es una inequidad, sino que me parece francamente una discriminación en contra de las consultas privadas, especialmente las más pequeñas. En la reunión extraordinaria del Honorable Consejo Nacional, realizada en el mes de Enero, se nos presentó las “acreditaciones de las clínicas dentales”, las cuales serían realizadas por agencias privadas de acreditación, esta acreditación sería voluntaria hasta el año 2019, de ahí en adelante no está claro si pasarían a ser obligatorias. En dicha reunión, expresé mi preocupación por esta situación, primero, no me gustan las agencias acreditadotas privadas, basta ver lo que ocurrió con las agencias de acreditación en educación, segundo, me temo que puedan transformarse en “un nuevo negociado”, a expensas de los dentistas, lo puede transformarse en otro dolor de cabeza para la profesión.


¿Cuales han sido sus mayores satisfacciones en el cargo de Consejero Nacional durante estos cuatro años?
Una fue en la Convención Nacional del año 2014, cuando por una votación casi unánime de los asistentes – hubo un solo voto en contra – se aprobó el ingreso oficial a la Federación de Colegios Profesionales Universitarios de Chile, pienso que los colegas entendieron que solos no era posible modificar las situaciones que afectan a la profesión, debíamos participar junto a los demás Colegios Profesionales para conseguir cambios. La otra fue en la Convención Nacional 2015, cuando se aprobó en forma unánime el rechazo al Sistema de Pensiones de las AFP, creo que esto último va en la línea de apoyar lo planteado por Jaime Acuña, en el sentido de tener un “rol político del Colegio”, entiendo que somos el primer Colegio Profesional que tiene un pronunciamiento oficial frente a este tema, es bueno que alguna vez los dentistas seamos líderes en algo.

Y ¿cuáles han sido sus mayores frustraciones en el cargo?
Creo que la mayor frustración fue en la Convención Nacional del año 2013, cuando se rechazó la “Red de Dentistas Colegiados”, había trabajado más de dos años en eso; primero se consiguió el seguro de Legasalud, hicimos los protocolos de atención, los consentimientos informados, etc. fue mucho trabajo y la Convención lo echó al suelo en media hora, fue muy frustrante para mí. Las razones que expusieron sus detractores, fue que “se pondría en riesgo la marca Colegio de Dentistas” y mi pregunta es ¿se evaluó el costo oportunidad? Siempre existe el costo alternativo, es decir, cuanto me cuesta desechar una opción en favor de la otra, si opto por la alternativa A, estoy asumiendo el costo de no haber optado por la alternativa B, optar nunca es gratis, siempre se paga un costo y en esto, el costo lo estamos pagando los dentistas. Al poco tiempo de la Convención se elimina el Arancel del Colegio, dejando a la profesión sumida en la “Ley de la Selva” en que estamos hoy día. Meses después aparece Sanasalud y Uno Salud Dental, dos redes que están atacando fuertemente el nicho del ejercicio liberal de la profesión, ese es el costo que estamos pagando al no tener una alternativa propia de los dentistas, manejada por los dentistas. Todos conocemos la enorme cantidad de empresas de salud dental que han habido en la historia reciente, terceros realizan la gestión, los dentistas ponemos nuestras clínicas y toda la infraestructura, colocamos además nuestro trabajo para que ganen otros, que se llevan la tajada del león. Cuando presenté esta propuesta basada en una estrategia de océanos azules, mostré lo ocurrido con las farmacias, hace treinta años atrás, todo egresado de Química y Farmacia tenía la opción de colocar su propia farmacia, aparecieron las cadenas – que actualmente manejan más del 90% de la venta de fármacos en el país -, compitieron inicialmente bajando los precios, hasta que reventaron a todas las farmacias más pequeñas, cuando quedaron solos se coludieron, actualmente tenemos los medicamentos más caros de toda Latinoamérica y las farmacias pequeñas ya no existen. ¿Es alguien es tan ingenuo para no darse cuenta que lo mismo ocurrirá con las clínicas dentales? Algún colega  recién titulado hoy día ¿tiene alguna posibilidad de colocar su propia consulta como ocurría hace treinta años atrás?, ¿cuánto tiempo más existirán nuestras consultas como existen hoy día? , ersidadess en el resto del mundo.sidente Eduardo Frei Montalva, es el mismo paradigma que tienen la inmensa mayorDefinitivamente nadie evaluó el costo oportunidad, lamentablemente una vez más pesó nuestro individualismo, no sabemos trabajar en equipo y esto es fatal para los tiempos que vienen, es más fácil matarnos de a uno, como está ocurriendo actualmente.

¿No cree posible relanzar esta idea y construir nuestra propia red dental?
Al interior del Colegio de Dentistas definitivamente no, se necesitaría otro Colegio, distinto al que actualmente tenemos. Lo lamento enormemente, ya que habría dado a los colegas una alternativa real de trabajo que hoy no existe y además una razón para ser colegiado, que para la mayoría tampoco existe. Nuestra colegiatura no supera el 20% de los dentistas existentes actualmente en país, de estos dentistas colegiados, en la última elección votaron alrededor del 20%, en estas condiciones tampoco tenemos derecho a quejarnos, nuestro oscuro destino lo estamos construyendo nosotros mismos. Podría tal vez repensarse escogiendo colegas a dedo, invitándolos a que conformaran esta red al margen del Colegio, uno por comuna o uno por cuidad en regiones, definiendo los requisitos que se deben cumplir para formar parte de ella, pero lo principal, es que estuvieran dispuestos a trabajar en equipo, cuestión que también es muy difícil encontrar entre los colegas, la mayoría de los dentistas tendríamos que nacer de nuevo.

¿Cómo se ha sentido en la Directiva de la Federación de Colegios Profesionales?
Muy cómodo y muy a gusto, ha sido enriquecedor trabajar con profesionales de otras áreas, no sólo de otras profesiones de la salud, sino también de profesiones humanistas o matemáticas, se ha armado un buen equipo de trabajo, a pesar que existen ideologías políticas distintas al interior del Directorio, siempre ha existido respeto y tolerancia frente a las distintas posiciones, lo que prima es el sentido común, por lo que pienso que eso mismo se puede repetir al interior de nuestro Colegio. Durante el tiempo que he participado en la Federación bajo  las presidencias del Dr. Claudio Ternicier y del periodista Marcelo Castillo, hemos tenido un clima de trabajo muy apropiado y fructífero, a pesar que cuesta mucho avanzar en los temas y se avanza mucho más lento de lo que quisiéramos.


¿Cuáles son a su juicio los desafíos que enfrenta el Colegio de Cirujano Dentistas?

“Profetas de calamidades y desastres sobran, sin embargo, los profetas de esperanza escasean”. Personalmente me considero perteneciente a una “generación intermedia”, no me tocó conocer la época dorada de la profesión, cuando los Colegios Profesionales eran Corporaciones de Derecho Público, existía la colegiatura obligatoria para ejercer una profesión, estos colegios fijaban un rol de honorarios mínimo obligatorio y los márgenes de rentabilidad eran muy altos para los dentistas. Cuando yo me titulé hace treinta años, los Colegios Profesionales ya habían sido reducidos a asociaciones gremiales, la colegiatura obligatoria había sido eliminada, también el arancel mínimo obligatorio y existían las Isapres, pero a pesar de esto, todavía era posible ejercer la profesión de manera digna y vivir dignamente. Muy distinto es lo que ocurre hoy en día, colegas trabajando en condiciones laborales precarias, incluso algunos ya están trabajando como auxiliares dentales, esto me resulta indecente e indignante para nuestra profesión. El Cardenal Raúl Silva cuando le planteaban la existencia de un problema siempre decía ¡Hay que hacer algo! Y lo hacía. Por ejemplo, cuando le contaron que estaban comprando las tierras a los campesinos favorecidos por la reforma agraria, incluso cambiándoselas por un auto o un televisor, dijo “hay que hacer algo” y creó INPROA para dar asesoría económica y técnica a estos campesinos. Siendo estudiante participé en unos trabajos de verano organizados por esta entidad y pude ver el enorme trabajo que hacía la iglesia apoyando a estos campesinos. Cuando ocurrían  horrores en Chile, el Cardenal nuevamente dijo ¡hay que hacer algo!, creó primero la comisión Pro Paz y posteriormente la Vicaría de la Solidaridad para ir en auxilio de las víctimas de los derechos humanos, los que tuvimos la suerte de conocerla y estar ahí, cuando subíamos al segundo piso al lado de la Catedral, en su interior se respiraba paz y seguridad, aunque al salir no supiéramos si llegaríamos a nuestras casas. El Cardenal Silva construyó esperanza para muchos. Estamos viendo pasar por la calle “el funeral de la odontología” ¡Hay que hacer algo!, no podemos quedarnos sentados en al vereda mirando pasar el funeral de la odontología, tenemos que levantarnos de la silla y cruzar la calle. Con la propuesta de la Red de Dentistas Colegiados fue esa mi intención, hacer algo para dar esperanzas a nuestra profesión, lamentablemente la Convención Nacional rechazó de plano el proyecto. Han pasado dos años, sin embargo quienes rechazaron el proyecto, no han sido capaces de proponer nada para apoyar a la profesión, estamos al debe como Colegio, no hemos sido capaces de construir esperanzas para nuestros colegas. Pensé no repostularme como Consejero Nacional, siento que en estos cuatro años se ha avanzado muy poco, en relación al sacrificio personal, laboral y familiar que implica estar en el Consejo Nacional, pero recapacité y recordé al Cardenal Raúl Silva Henríquez ¡Hay que hacer algo! Es la obligación moral que tenemos quienes somos dirigentes del Colegio, debemos ser “profetas de esperanzas para la profesión”, pero sólo lograremos hacerlo en la medida que contemos con el compromiso y el apoyo de los colegas, de lo contrario no lograremos nada. 

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