Entrevista
al Dr. Sergio Cousiño Mútis.
¡HAY QUE HACER ALGO!
El Dr. Sergio Cousiño Mútis
tiene una amplia trayectoria gremial que comenzó a fines del año 1983 cuando
fue elegido democráticamente como presidente del Centro de Estudiantes de
Odontología (CEO) en la
Universidad de Chile (primero elegido democráticamente por
los estudiantes en plena dictadura). Formó así parte del Consejo de Presidentes
que refundaron la FECH
a fines de 1984. El año 2011 fue electo de manera unánime Presidente del
Capítulo de Ejercicio Liberal recién creado y el año 2013 fue elegido como
Consejero Nacional de la orden, con la primera mayoría en la Región Metropolitana
y la segunda mayoría a nivel nacional. En su adolescencia tuvo cercano al
Cardenal Raúl Silva Henríquez, quien señala marcó su vida, lo hizo rebelde,
luchador incansable contra la injusticia, defensor de la democracia y los
valores humanistas cristianos.
Su ejercicio laboral comenzó
al día siguiente de rendir su examen de grado haciendo un reemplazo en el
Servicio Dental del Hogar de Cristo, un reemplazo que debía haber durado tres
meses y se extendió por mas de ocho
años, que recuerda como los años que tuvo sus mayores satisfacciones
profesionales, “no gané dinero, pero tuve el reconocimiento y agradecimiento de
los pobres entre los pobres y eso vale mucho más que el dinero” señala.
Actualmente ejerce exclusivamente
en el área privada, casado hace 28 años con una Psicóloga, padre de cuatro
hijos, un varón y tres mujeres – trillizas -, dos de ellas estudiantes de
odontología, fanático de la música y la pintura, admirador de Steve Jobs, a
quien define como “el genio visionario más importante del siglo XX”. El Dr.
Cousiño está siempre bien informado, a través de sus correos nos mantiene informados
a todos.
Próximo a completar cuatro
años como Consejero Nacional del Colegio de Cirujano Dentistas y formando parte
del Directorio de la
Federación de Colegios Profesionales Universitarios de Chile,
quisimos entrevistarlo para que nos hiciera un balance de estos cuatro años, lo
bueno, lo malo, sus satisfacciones y sus frustraciones en este cargo.
¿Cómo ve el rol de los Colegios Profesionales en el Chile de hoy?
La situación no es fácil, los
Colegios Profesionales no hemos sido capaces de recuperar nuestro rol de Corporaciones de Derecho Público – como
tienen los Colegios Profesionales en la mayor parte de los países del mundo -
la reforma constitucional del año 2005 nos devolvió este rol, junto con la
tuición de la ética, pero la Ley
del año 2009 enviada por la Presidenta Bachelet que lleva esto a la práctica,
aún sigue durmiendo en el parlamento sin ningún avance. Esta Ley no representa
lo que los Colegios anhelamos, pero es un pequeño avance comparado con la
realidad en que nos dejó la dictadura.
¿Por qué les parece insuficiente esta Ley?
Esta Ley devuelve la tuición
ética a los Colegios Profesionales, pero no reestablece la colegiatura
obligatoria, de manera que se crean tribunales de ética distintos para
colegiados y no colegiados, estos últimos serían juzgados por tribunales
especiales creados por la
Corte Suprema , cuestión que la misma corte no tiene interés
en realizar. El Ministro Sergio Muñoz nos señaló que, - los Tribunales de
Justicia juzgan delitos y no faltas a la ética - , a su juicio no les
corresponde a ellos hacerlo, para eso están los Colegios Profesionales. Si se
crearan tribunales de ética únicos para colegiados y no colegiados dependientes
de los Colegios Profesionales, pero no se reestablece la colegiatura
obligatoria y tampoco el Estado entrega recursos a los Colegios para hacerlos
funcionar, la inmensa mayoría de los Colegios Profesionales no estaría en
condiciones de cumplir esta función.
¿En que topamos para la colegiatura obligatoria?
En lo mismo en que topamos para
la mayoría de las reformas que Chile necesita, la Constitución Política
de 1980. Esta establece la “libre asociación”, por lo que se impide
reestablecer la colegiatura obligatoria sin reformar primero la Constitución , de
manera que la Ley
que se envío el 2009 al parlamento es una especie de “engendro raro”, donde por
un lado se pretende reestablecer ciertas condiciones a los Colegios
Profesionales – que existen en la inmensa mayoría de los países de mundo - y
por otro lado respetar la
Constitución de 1980 que establece la libre asociación,
cuestión que resulta imposible conjugar.
Hay muchos colegas que piensan que es injusto se les obligue a
colegiarse ¿qué les diría a ellos?
Primero que esa postura
refleja un total desconocimiento de la esencia de los Colegios Profesionales.
Los Colegios Profesionales nacieron en la Antigua Roma , se
perfeccionaron en la Edad
Media y en Chile nacieron a principios del siglo XX, fueron
creados por Ley como Corporaciones de Derecho Público. El Estado delega funciones
en los Colegios - de ahí su carácter de Corporaciones de Derecho Público -,
para cumplirlas requiere que todos los profesionales de una determinada
profesión, formen parte de la corporación, de lo contrario, nos encontramos con
los llamados “desertores de la ética”, que al momento de ser requeridos por los
tribunales de ética de algún colegio, simplemente renuncian a él – hace poco un
ex Ministro estuvo en esta situación y simplemente renunció - esto es ridículo,
ya que deja a los Colegios sin poder ejercer efectivamente la tuición ética.
Otro ejemplo, son los profesionales involucrados en las colusiones de empresas,
si existiera la colegiatura obligatoria, los Colegios Profesionales podrían
juzgarlos y sancionarlos, incluso con la prohibición de ejercer su profesión de
por vida, hoy los mandan a un curso de ética y ni siquiera tienen sanciones
penales, la colusión no está tipificada en Chile como delito, es increíble. La
misma Comisión Engel en tres partes de su informe se refiere a los Colegios
Profesionales y señala la urgencia de devolverles su rol y la colegiatura
obligatoria, se trata de un bien público ya que va en beneficio de toda la
sociedad.
¿Cuál es la posición de la Federación de Colegios Profesionales sobre la
reforma de la
Constitución ?
La inmensa mayoría está por la
reforma constitucional, al menos no conozco de algún Colegio que no esté de
acuerdo, no se ha discutido oficialmente el mecanismo para hacerlo pero existe
coincidencia en la necesidad de reformarla o hacer una nueva constitución, de
otra manera los cambios necesarios para los Colegios Profesionales no son
viables. Una de las tareas que se ha puesto la Federación para el 2016
es discutir este tema, realizar un seminario similar al que se hizo con la reforma
educacional, con expertos en el tema y tomar una posición oficial como
Federación al respecto. Lamentablemente
una vez más las autoridades del Gobierno no consideraron a los Colegios
Profesionales en el comité asesor consultivo de la Presidencia , parece
que para ellos los profesionales no tenemos nada que aportar o simplemente nuestra
opinión no les interesa. Enviamos una carta al presidente de esta comisión, el abogado
constitucionalista Patricio Zapata, señalando que los Colegios profesionales
queremos tomar parte en el proceso, aún no tenemos respuesta. Algo parecido
ocurre con la reforma educacional, tuvimos que ir a “patear la puerta” al
Mineduc para ser recibidos en las mesas de trabajo y nuestras opiniones y
aportes no han sido consideradas en lo
fundamental.
¿Cuáles son los temas que no han sido considerados en la reforma
educacional?
Primero hay que definir las
bases conceptuales en la reforma, ¿la educación es un bien público o un bien de
consumo? Fue lo primero que consultamos a las autoridades en las mesas de
trabajo, nos dijeron que para el Gobierno era un bien público, para nosotros
también, hasta ahí iba todo bien. Pero cuando señalamos las implicancias de
esto, que “los bienes públicos los regula el Estado en calidad y cantidad, el
mercado no tiene nada que hacer en la regulación de los bienes públicos”, esto
sin importar que el servicio lo suministre el Estado o un privado, la
regulación la tiene siempre el Estado. La regulación de la matrícula pareciera
no gustó al Mineduc, lo increíble de esto, es que las cifras de mala inserción
laboral de los jóvenes profesionales son cifras oficiales de organismos
públicos, por tanto las conocen, pero parece prefieren ignorarlas. Por otro
lado, paradigma de la reforma educacional es que “las universidades hacen
docencia, investigación y extensión”, lo cual no es nuevo ni novedoso, estaba
explícito en la reforma educacional del año 1968 impulsada por el Presidente
Eduardo Frei Montalva, que por lo demás, es el mismo paradigma que tienen la
inmensa mayoría de las universidades en el resto del mundo. Este paradigma lo
cumplen a lo más 17 de las 57 universidades existentes en Chile, por lo tanto,
las otras 40 deberían ser transformadas en Institutos Profesionales o simplemente
ser cerradas. La otra opción sería modificar el paradigma y reconocer la
existencia de universidades docentes y de universidades de investigación, ante lo cual los asesores
del Mineduc simplemente “miraron para el techo” sin responder nada. En Abril de
2014 se solicitó una audiencia al Ministro de ese entonces Jaime Eyzaguirre,
nunca nos la dio, ni siquiera se tomo la molestia de contestarnos, finalmente a
través de la Ministra
Ximena Rincón (SERPRES en ese entonces) logramos que nos
recibiera Francisco Javier Martínez (Jefe de Educación Superior del Mineduc),
quien nos señaló “no los habíamos considerado a ustedes por tener conflicto de
intereses”, le rebatimos señalando que los que verdaderamente tienen conflictos
de intereses son los que tiene actualmente el Mineduc participando en las mesas
de trabajo, nos pidió disculpas y dijo que nos invitaría a las mesas de
trabajo, pero siento que lo hizo sólo por cumplir, sin que hubiera un real
interés en que participáramos.
¿Porqué las autoridades no recogen los planteamientos de la Federación de Colegios
Profesionales?
La educación en Chile es un
negocio millonario e indecente, “es mejor negocio que la cocaína” como dijo el
Dr. Patricio Basso, con rentabilidades que incluso superan UF + 40% anual,
estas utilidades se consiguen engañando y estafando a los jóvenes y sus
familias, lo peor, se hace con el aval del Estado. Los conflictos de intereses
son enormes y transversales, desde la
UDI hasta los Comunistas y todo el espectro político entre
medio, desde los Católicos hasta los Masones, entre medio el Opus Dei, Legionarios
de Cristo, Adventistas, etc., todos están metidos en el negocio, tienen
universidades y manejan millonarios recursos,- US$6.000 millones al año - con
ellos hacen presión a todo nivel, manejan la prensa para desinformar a la
población, incluso algunos de ellos han financiado directamente campañas
políticas. Los profesionales no tenemos conflictos de intereses, pero tampoco
manejamos recursos para presionar a nadie, sólo tenemos una vocación e interés
por el bien público, pero pareciera que esto está pasado de moda en estos
tiempos, el bien público a nadie le interesa hoy en día. Hemos insistido en dos
oportunidades con la
Ministra Adriana Del Piano, primero le entregamos el análisis
y decálogo de la Federación ,
firmado por todos los Presidentes de los Colegios Profesionales y luego le
solicitamos audiencia, ni siquiera se tomó la molestia de contestarnos ni
acusar recibo del documento. En Enero de este año volvimos a insistir
utilizando la Ley
de Lobby, nos contestó que no era posible recibirnos. Siento que no hay interés
de parte del Gobierno de escuchar a los Colegios Profesionales.
¿Cómo ve en todo esto al Colegio de Dentistas?
Lo veo muy a la deriva, no
existe un plan estratégico para el Colegio. El Dr., Raúl Franco - llegamos
juntos al Honorable Consejo Nacional -
lo señaló desde el primer día, “hay que realizar un plan estratégico
para el Colegio”, pocos lo escucharon, peor aún, muchos lo criticaron, incluso
se rieron y dijeron que era innecesario. ¡Qué ignorancia! Toda institución,
toda empresa sin importar su tamaño, en definitiva toda organización requiere
de dos cosas, “la Misión ”
– que es lo que la organización pretende ser hoy día - y “la Visión ” – que es lo que la
organización pretende ser en el futuro - lo que une la Misión y la Visión de una organización es
el Plan Estratégico, es la hoja de ruta que deberá recorrer la organización
para alcanzar su Visión, si no existe, no hay claridad de futuro ni hay forma
de alinear toda la organización tras él, por esto digo veo al Colegio a la
deriva, improvisando frente a cada circunstancia, sin una ruta clara y conocida
por todos los colegas.
El Dr. Jaime Acuña ha señalado la importancia de resaltar el “rol
político del Colegio” ¿no es esto suficiente?
El “rol político del Colegio”
no es un rol político partidista, el rol político del Colegio es tener una
posición oficial frente a temas nacionales, sin un plan estratégico es un
planteamiento débil. No hemos discutido estos temas nacionales al interior del
Colegio, en el Honorable Consejo Nacional, ni tampoco en las Convenciones
Nacionales, de manera que malamente podemos tener un rol político que cumplir. Esto
se trata en definitiva definir por ejemplo, nuestra posición sobre qué es bien
público y que es bien de consumo, me refiero
por ejemplo ¿la educación es bien público o bien de consumo? Hasta aquí
ha funcionado como un bien de consumo, regulado por el mercado, el Estado no ha
tenido regulación alguna en este “negocio de la educación”, las consecuencias
de esta educación desregulada todos las estamos viviendo ¿cuál es la posición
de nuestro Colegio frente a esto? Algunos dirán que esto está claro, todos
pensamos que debe ser regulada por el Estado, pero ¿dónde esta escrito? Las
cosas deben ponerse por escrito. Otro ejemplo, el gasto total en salud en
nuestro país alcanza a US$10.000 millones, se gastan US$4.500 millones en el
14% de la población, mientras que en el otro 86% se gastan US$5.500 millones,
esto significa que los beneficiarios del sector privado – Isapres - reciben
casi cuatro veces más que los beneficiarios del sector público – Fonasa - ¿cuál
es nuestra posición frente a esto? Estamos hablando en definitiva de cual es el
país que queremos construir. Estando de acuerdo con Jaime Acuña, el
planteamiento queda sólo en una “declaración de buenas intenciones”, mientras
no discutamos y tomemos acuerdos previamente sobre estos temas, mientras no
conozcamos la opinión de los colegas y mientras no tengamos un Plan Estratégico
claro, en estas condiciones es difícil hablar de cumplir un “rol político” como
Colegio.
¿Cree factible llegar a consenso sobre estos temas al interior de
la profesión?
Creo que estos temas, más que
ser temas ideológicos, de creencias religiosas o filosóficas, que sin duda lo
son, se trata de temas de sentido común. No creo que ningún dentista esté de
acuerdo con que sus colegas estén trabajando como “asistentes dentales”,
situación que hoy día se está haciendo algo cada día más frecuente. Colegas
jóvenes con deudas de la universidad que superan en muchos casos los 45
millones de pesos, están buscando trabajar en lo que sea para poder pagar. Esto
es un fracaso rotundo del modelo económico y social que está instalado en
nuestro país, no se necesita tener una visión ideológica o filosófica
particular para admitirlo. En la última Convención Nacional se aprobó en forma
unánime el rechazo al sistema de las AFP, no tengo dudas que dentro de la Convención había
colegas con distintas visiones políticas, ideológicas y filosóficas, sin
embargo nadie puede estar de acuerdo con un sistema previsional donde las
personas al jubilarse tengan una pensión igual o inferior al 30% de su última
remuneración, peor aún, según el informe de la Comisión Bravo a partir del
2025 este monto de jubilación será de sólo el 18% de su última remuneración ya
que no tendrán el “bono de reconocimiento” por no tener cotizaciones en el
sistema antiguo (INP) que actualmente representa alrededor del 40% de la
pensión que reciben las personas. En el caso de las mujeres la situación será
peor aún, las AFP están calculando la sobrevida de las mujeres en 92 años, lo
que proyectará una pensión del orden del 11% de su último sueldo. Esto es un
rotundo fracaso del modelo de pensiones, pienso que el sentido común si puede
conseguir que lleguemos a consensos, si no es así, realicemos un plebiscito al
interior del colegio sobre estos temas.
Usted fue uno de los colegas que firmó un recurso de protección a
favor de recrear el Regional Santiago ¿porqué lo hizo?
En primer lugar, Los
colegiados de la
Región Metropolitana representan el 56% de los colegas
colegiados del país y son los únicos que no tienen Colegio Regional. El aporte
económico que hacemos los dentistas de la Región Metropolitana
representa el 70% del total de recursos que maneja el Honorable Consejo Nacional
y somos los únicos en el país que no tenemos Colegio Regional, somos los únicos
dentistas del país que además no tenemos derecho a voz ni voto en las
Convenciones Nacionales ¿le parece a usted que esto es un Colegio democrático y
representativo? Por supuesto que no. El año 2015 asistieron a una asamblea alrededor
de 60 colegas de la
Región Metropolitana , entre ellos ex Presidentes del Colegio
Nacional, ex Presidentes del Regional Santiago, destacados docentes
universitarios con el fin de recrear el Regional Metropolitano, envían una
carta a la Directiva
del Colegio y los ignoran ¿le parece una actitud democrática? Por favor, los demás Colegios Profesionales que conozco
- que son prácticamente todos - tienen Colegio Regional Santiago menos el
Colegio de Cirujano Dentistas, es insólito, la región que reúne a la mayoría de
los colegiados del país no tiene derecho a elegir a sus representantes. Por
esta razón firmé el recurso de protección y lo haría de nuevo, creo en la
democracia y las organizaciones representativas, actualmente nuestro colegio
dista mucho de serlo.
¿No cree que algunas regiones se sentirían menoscabadas con un
Colegio Regional Metropolitano?
No veo por que podría ocurrir
algo así, si alguien creyera eso, querría decir que simplemente no cree en la
democracia representativa. El trabajo que realizan muchos colegas al interior
del Colegio es enorme, especialmente en regiones, donde pequeños grupos de
colegas mantienen vivo al Colegio de Cirujano Dentistas, ellos merecen todo
nuestro apoyo, pero eso no significa creer que esto deba ser una “dictadura de
las regiones” sobre la mayoría de los colegas del país. El fallo del recurso
fue que junto con la modificación de estatutos se crearía el Regional
Metropolitano, veamos que pasa, porque hasta aquí no se ha visto la voluntad de
hacerlo, ni por parte de la
Comisión redactora de los nuevos estatutos - de la cual he
formado parte -, ni tampoco por parte de la actual Directiva del Colegio.
Dentro de los opositores al Regional Metropolitano, señalan el tema
de los recursos económicos ¿financiarlo no sería un problema?
Creo que hay que separar las
cosas, una cosa es la democracia representativa que debe imperar al interior
del Colegio y otra distinta es el financiamiento de sus estructuras. Financiar
el Regional Metropolitano no tiene por que ser sinónimo de colocar al Colegio
Nacional en una crisis económica, esto
es un tema de gestión que hay que realizar al interior del Colegio. Mejorar la
gestión del Colegio es una necesidad urgente, en el pasado reciente ha habido
sucesos al interior del Colegio que lo demuestran. Hace algunos años se
despidió al contador del Colegio, hace poco se despidió al administrador, en
ambos casos hubo una falta de control, las funciones pueden delegarse, pero la
responsabilidad no se delega, en ambas situaciones los responsables no
controlaron eficientemente.
¿Porqué el Honorable Consejo Nacional decidió prohibir el uso de la
piscina del Club de Campo de Pirque? Esto tiene indignado a muchos colegas.
Les encuentro toda la razón a
los colegas que están indignados con esta situación, pero habría que aclarar
que esto no fue decisión del Consejo Nacional, jamás se nos consultó nuestra
opinión, simplemente se nos informó la decisión. El Club de Campo de Pirque es el
único lugar de esparcimiento para los colegas de la Región Metropolitana ,
en especial para quienes no tienen donde salir a veranear, el que se haya
prohibido su uso, priva a los colegas de disfrutar de ese hermoso lugar. Hace
algunos años se realizó ahí un asado familiar organizado por el Capítulo de
Ejercicio Liberal, encuentros como ese son muy necesarios para la profesión,
somos un gremio muy desunido, esas instancias permiten compartir junto a
nuestras familias y con las de otros colegas. Hace más de diez años un grupo de
colegas compró esta propiedad para el Colegio, fue una muy buena inversión que
ha multiplicado su valor enormemente y es una mina de oro que el Colegio está
desaprovechando, bien gestionado podría generar recursos que permitiría al
Colegio hacer inversiones en regiones y formar un Club Odontológico a nivel
nacional con otros lugares de
esparcimiento, como cabañas de veraneo en la costa, el norte o sur del país, pero
volvemos al mismo problema, falta realizar una gestión más eficiente del
Colegio.
Hace cinco años atrás Ud. puso el tema de la sobreoferta de
Dentistas en Chile ¿Ha cambiado en algo la situación?
Lamentablemente no, al
contario, ha empeorado. Actualmente tenemos alrededor de 21.000 dentistas en el país, esto representa
una sobreoferta de un 138% de colegas respecto a los realmente requeridos, En
el mediano plazo (menos de cinco años) la sobreoferta será cercana al 260%. La
encuesta nacional del INJUV 2010 señalaba que la inserción laboral de los
profesionales jóvenes era de un 32% promedio en la carrera estudiada. Si
tomamos en cuenta que las titulaciones han aumentado en más de un 50% durante los
últimos cinco años (SIES Mineduc), la proyección que tenemos en la Federación de Colegios
Profesionales es que para el año 2020 la
inserción laboral será en promedio inferior al 21%. Considerando que las
matrículas universitarias entre el año 1990 y el 2015 crecieron casi siete
veces y la matrícula de odontología ha aumentado casi 12 veces en el mismo
período, el panorama claramente no es optimista para nadie, menos aún para los
dentistas. La población chilena en el mismo período ha crecido sólo un 26%. Si
actualmente ya existen colegas solicitando empleo como asistentes dentales,
¿qué podemos esperar cuando la sobreoferta casi se duplique? Lamentablemente
muchos colegas no le han tomado el peso a esta situación y creo que en el
Colegio tampoco.
¿No es esa no es una visión muy pesimista del problema?
Veamos por ejemplo, si sabemos
que fulano tiene 40 años, alguien podría decir que representa menos edad, otro
podría decir que parece mayor, ambas opiniones son absolutamente subjetivas, lo
objetivo es que fulano tiene 40 años. Si algo saqué en limpio de mi pasada por la Facultad de Economía en la Universidad de Chile,
es que las cosas son o no son cuando se cuantifican y se miden con números, eso
es lo verdadero, las demás son opiniones absolutamente subjetivas. Otra cosa
distinta es que lo que me dicen los números me guste o no me guste, por lo que
en esto no caben opiniones optimistas ni pesimistas, mi opinión es simplemente
realista, los números no dan. Si en Chile se requieren 8.800 dentistas en
relación a su población y tenemos actualmente 21.000 y en cuatro años más
llegarán a ser 32.000, contra eso no hay nada que decir ni que opinar,
simplemente es la realidad, aunque no me guste. Hace un año atrás un colega me
dijo con mucha seguridad “eso hoy cambió”, refiriéndose a la recomendación de la OMS de un dentista cada 2.000
habitantes. Como yo no soy experto en salud pública, consulte con colegas que tienen Magíster en
Salud Pública, me dijeron que eso no ha cambiado y peor aún, me aclararon que
si cambiara, cambiaría a menos nunca a más. Eso es realismo, no pesimismo.
Otro tema que fue su bandera de lucha la “autorización sanitaria” ¿ha habido solución a este problema?
El año 2011 junto con la Dra. Eugenia Valle participé
en mesas de trabajo en el Minsal sobre este tema. Una de nuestras quejas era la
arbitrariedad que existía en la fiscalización por parte de la SEREMI , ya que un
fiscalizador exigía cosas distintas a las que exigía otro, es decir una determinada
situación pasaba en un caso y no en otro. Nuestra propuesta de solución al
problema, era la creación de un checklist, donde cada fiscalizador tuviera
claro lo que debía exigir, al mismo tiempo que cada dentista tuviera claro lo
que se le iba a exigir y de esta forma se unificara el criterio en las
fiscalizaciones para todos por igual. Lamentablemente han pasado cinco años y ese
checklist aún no existe, por lo tanto seguimos en la misma situación. Las
consultas dentales son en su inmensa mayoría microempresas o pequeñas empresas,
sin embargo, se les exigen condiciones que ni siquiera se exigen a las clínicas
dentales en los países desarrollados y que sólo los megaprestadores pueden
cumplir. Los flujos de ingresos en las consultas dentales privadas hace años
van a la baja, lo mismo ocurre con las utilidades, sin embargo las multas que
se nos cursan – 10 o 20 UTM – son absolutamente desproporcionadas a la realidad
que vive la odontología hoy día, en muchos casos pueden llevar a una clínica a
la quiebra. El propio Ministro Mañalich hace un par de años atrás, reconoció en
un programa de televisión que las exigencias que se les hacían a las clínicas dentales
privadas no se cumplían en los recintos públicos, por lo que había una
inequidad en esta situación. En mi opinión, esto no sólo es una inequidad, sino
que me parece francamente una discriminación en contra de las consultas
privadas, especialmente las más pequeñas. En la reunión extraordinaria del
Honorable Consejo Nacional, realizada en el mes de Enero, se nos presentó las “acreditaciones
de las clínicas dentales”, las cuales serían realizadas por agencias privadas
de acreditación, esta acreditación sería voluntaria hasta el año 2019, de ahí
en adelante no está claro si pasarían a ser obligatorias. En dicha reunión,
expresé mi preocupación por esta situación, primero, no me gustan las agencias
acreditadotas privadas, basta ver lo que ocurrió con las agencias de
acreditación en educación, segundo, me temo que puedan transformarse en “un
nuevo negociado”, a expensas de los dentistas, lo puede transformarse en otro
dolor de cabeza para la profesión.
¿Cuales han sido sus mayores satisfacciones en el cargo de
Consejero Nacional durante estos cuatro años?
Una fue en la Convención Nacional
del año 2014, cuando por una votación casi unánime de los asistentes – hubo un
solo voto en contra – se aprobó el ingreso oficial a la Federación de Colegios
Profesionales Universitarios de Chile, pienso que los colegas entendieron que
solos no era posible modificar las situaciones que afectan a la profesión,
debíamos participar junto a los demás Colegios Profesionales para conseguir
cambios. La otra fue en la Convención Nacional 2015, cuando se aprobó en
forma unánime el rechazo al Sistema de Pensiones de las AFP, creo que esto
último va en la línea de apoyar lo planteado por Jaime Acuña, en el sentido de
tener un “rol político del Colegio”, entiendo que somos el primer Colegio
Profesional que tiene un pronunciamiento oficial frente a este tema, es bueno
que alguna vez los dentistas seamos líderes en algo.
Y ¿cuáles han sido sus mayores frustraciones en el cargo?
Creo que la mayor frustración
fue en la
Convención Nacional del año 2013, cuando se rechazó la “Red
de Dentistas Colegiados”, había trabajado más de dos años en eso; primero se
consiguió el seguro de Legasalud, hicimos los protocolos de atención, los
consentimientos informados, etc. fue mucho trabajo y la Convención lo echó al
suelo en media hora, fue muy frustrante para mí. Las razones que expusieron sus
detractores, fue que “se pondría en riesgo la marca Colegio de Dentistas” y mi
pregunta es ¿se evaluó el costo oportunidad? Siempre existe el costo
alternativo, es decir, cuanto me cuesta desechar una opción en favor de la
otra, si opto por la alternativa A, estoy asumiendo el costo de no haber optado
por la alternativa B, optar nunca es gratis, siempre se paga un costo y en esto,
el costo lo estamos pagando los dentistas. Al poco tiempo de la Convención se elimina
el Arancel del Colegio, dejando a la profesión sumida en la “Ley de la Selva ” en que estamos hoy
día. Meses después aparece Sanasalud y Uno Salud Dental, dos redes que están atacando
fuertemente el nicho del ejercicio liberal de la profesión, ese es el costo que
estamos pagando al no tener una alternativa propia de los dentistas, manejada
por los dentistas. Todos conocemos la enorme cantidad de empresas de salud
dental que han habido en la historia reciente, terceros realizan la gestión,
los dentistas ponemos nuestras clínicas y toda la infraestructura, colocamos
además nuestro trabajo para que ganen otros, que se llevan la tajada del león. Cuando
presenté esta propuesta basada en una estrategia de océanos azules, mostré lo
ocurrido con las farmacias, hace treinta años atrás, todo egresado de Química y
Farmacia tenía la opción de colocar su propia farmacia, aparecieron las cadenas
– que actualmente manejan más del 90% de la venta de fármacos en el país -,
compitieron inicialmente bajando los precios, hasta que reventaron a todas las
farmacias más pequeñas, cuando quedaron solos se coludieron, actualmente
tenemos los medicamentos más caros de toda Latinoamérica y las farmacias
pequeñas ya no existen. ¿Es alguien es tan ingenuo para no darse cuenta que lo
mismo ocurrirá con las clínicas dentales? Algún colega recién titulado hoy día ¿tiene alguna
posibilidad de colocar su propia consulta como ocurría hace treinta años
atrás?, ¿cuánto tiempo más existirán nuestras consultas como existen hoy día? Definitivamente
nadie evaluó el costo oportunidad, lamentablemente una vez más pesó nuestro
individualismo, no sabemos trabajar en equipo y esto es fatal para los tiempos
que vienen, es más fácil matarnos de a uno, como está ocurriendo actualmente.
¿No cree posible relanzar esta idea y construir nuestra propia red
dental?
Al interior del Colegio de
Dentistas definitivamente no, se necesitaría otro Colegio, distinto al que
actualmente tenemos. Lo lamento enormemente, ya que habría dado a los colegas
una alternativa real de trabajo que hoy no existe y además una razón para ser
colegiado, que para la mayoría tampoco existe. Nuestra colegiatura no supera el
20% de los dentistas existentes actualmente en país, de estos dentistas colegiados,
en la última elección votaron alrededor del 20%, en estas condiciones tampoco
tenemos derecho a quejarnos, nuestro oscuro destino lo estamos construyendo
nosotros mismos. Podría tal vez repensarse escogiendo colegas a dedo, invitándolos
a que conformaran esta red al margen del Colegio, uno por comuna o uno por
cuidad en regiones, definiendo los requisitos que se deben cumplir para formar
parte de ella, pero lo principal, es que estuvieran dispuestos a trabajar en
equipo, cuestión que también es muy difícil encontrar entre los colegas, la
mayoría de los dentistas tendríamos que nacer de nuevo.
¿Cómo se ha sentido en la Directiva de la Federación de Colegios
Profesionales?
Muy cómodo y muy a gusto, ha sido
enriquecedor trabajar con profesionales de otras áreas, no sólo de otras
profesiones de la salud, sino también de profesiones humanistas o matemáticas,
se ha armado un buen equipo de trabajo, a pesar que existen ideologías
políticas distintas al interior del Directorio, siempre ha existido respeto y
tolerancia frente a las distintas posiciones, lo que prima es el sentido común,
por lo que pienso que eso mismo se puede repetir al interior de nuestro Colegio.
Durante el tiempo que he participado en la Federación bajo las presidencias del Dr. Claudio Ternicier y del
periodista Marcelo Castillo, hemos tenido un clima de trabajo muy apropiado y
fructífero, a pesar que cuesta mucho avanzar en los temas y se avanza mucho más
lento de lo que quisiéramos.
¿Cuáles son a su juicio los desafíos que enfrenta el Colegio de
Cirujano Dentistas?
“Profetas de calamidades y
desastres sobran, sin embargo, los profetas de esperanza escasean”.
Personalmente me considero perteneciente a una “generación intermedia”, no me
tocó conocer la época dorada de la profesión, cuando los Colegios Profesionales
eran Corporaciones de Derecho Público, existía la colegiatura obligatoria para
ejercer una profesión, estos colegios fijaban un rol de honorarios mínimo
obligatorio y los márgenes de rentabilidad eran muy altos para los dentistas.
Cuando yo me titulé hace treinta años, los Colegios Profesionales ya habían
sido reducidos a asociaciones gremiales, la colegiatura obligatoria había sido
eliminada, también el arancel mínimo obligatorio y existían las Isapres, pero a
pesar de esto, todavía era posible ejercer la profesión de manera digna y vivir
dignamente. Muy distinto es lo que ocurre hoy en día, colegas trabajando en
condiciones laborales precarias, incluso algunos ya están trabajando como
auxiliares dentales, esto me resulta indecente e indignante para nuestra
profesión. El Cardenal Raúl Silva cuando le planteaban la existencia de un
problema siempre decía ¡Hay que hacer algo! Y lo hacía. Por ejemplo, cuando le
contaron que estaban comprando las tierras a los campesinos favorecidos por la
reforma agraria, incluso cambiándoselas por un auto o un televisor, dijo “hay
que hacer algo” y creó INPROA para dar asesoría económica y técnica a estos
campesinos. Siendo estudiante participé en unos trabajos de verano organizados
por esta entidad y pude ver el enorme trabajo que hacía la iglesia apoyando a
estos campesinos. Cuando ocurrían horrores
en Chile, el Cardenal nuevamente dijo ¡hay que hacer algo!, creó primero la
comisión Pro Paz y posteriormente la
Vicaría de la
Solidaridad para ir en auxilio de las víctimas de los
derechos humanos, los que tuvimos la suerte de conocerla y estar ahí, cuando
subíamos al segundo piso al lado de la Catedral , en su interior se respiraba paz y
seguridad, aunque al salir no supiéramos si llegaríamos a nuestras casas. El
Cardenal Silva construyó esperanza para muchos. Estamos viendo pasar por la
calle “el funeral de la odontología” ¡Hay que hacer algo!, no podemos quedarnos
sentados en al vereda mirando pasar el funeral de la odontología, tenemos que
levantarnos de la silla y cruzar la calle. Con la propuesta de la Red de Dentistas Colegiados
fue esa mi intención, hacer algo para dar esperanzas a nuestra profesión,
lamentablemente la Convención Nacional
rechazó de plano el proyecto. Han pasado dos años, sin embargo quienes
rechazaron el proyecto, no han sido capaces de proponer nada para apoyar a la
profesión, estamos al debe como Colegio, no hemos sido capaces de construir
esperanzas para nuestros colegas. Pensé no repostularme como Consejero
Nacional, siento que en estos cuatro años se ha avanzado muy poco, en relación
al sacrificio personal, laboral y familiar que implica estar en el Consejo
Nacional, pero recapacité y recordé al Cardenal Raúl Silva Henríquez ¡Hay que
hacer algo! Es la obligación moral que tenemos quienes somos dirigentes del
Colegio, debemos ser “profetas de esperanzas para la profesión”, pero sólo lograremos
hacerlo en la medida que contemos con el compromiso y el apoyo de los colegas,
de lo contrario no lograremos nada.
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